Creepy presenta Berni Wrightson

Los que defienden que el cómic es un arte tienen buenos motivos para afirmarlo. Y si pruebas quieren, a capazos traigo con ésta edición que recupera las historias del maestro Berni Wrightson publicadas en la revista “Creepy” en los años 70 del siglo XX. Observarán que cada viñeta merecería ser enmarcada y expuesta en cualquier galería del mundo. Si existe un Olimpo de los autores de cómics, Berni Wrightson ya tiene su sitio reservado.

Saltándose el Comics Code Authority y la censura que éste imponía, James Warren se lanzó a editar revistas de terror a finales de los años 50. “Creepy”, “Eerie” y “Vampirella” fueron las cabeceras que más éxito tuvieron. En ellas publicaron algunas de las vacas sagradas más reconocidas del mundillo: Richard Corben, Steve Ditko, Frank Frazetta, Alex Toth, Wallace Wood o los españoles Josep Mª Beà, Sanjulián, Victor de la Fuente o Luis García, cuyo desembarco merecería un libro aparte. Y destacando entre todos, el autor que nos ocupa ahora.

4

Usando la estructura clásica presentación-nudo-desenlace, y primando el susto final, las historias que se editaban rompían con las reglas de lo que se consideraba publicable. Hasta los años 80, las publicaciones Warren impusieron su estilo y dominaron el mercado del terror y la ciencia-ficción. En España “Creepy” la editó Toutain con la misma cabecera y diseño, mientras “Eerie” fue publicada por Ibero Mundial primero y por Garbo Editorial después con el curioso nombre de “Rufus”.

Se nos van a terminar los adjetivos

Hablar de Berni Wrightson es hablar de la excelencia del dibujo. Su forma de componer cada viñeta, el trazado a tinta, el uso de aguadas y la forma de manchar son manuales a estudiar minuciosamente. Observar cada plancha supone sufrir con virulencia el síndrome de Stendhal y tirar a la basura tus lápices, convencido de que jamás alcanzarás semejante nivel de sublimidad por mucho que lo intentes.

3

Wrightson dibuja cómics no como tal, en realidad, sino como pintor. Las viñetas tienen su solución de continuidad, no sería una historieta entonces, pero tienen su propia vida independiente. Se crea cada una como cuadro único, usando el guión a modo de soporte. Si tan sólo viéramos una de ellas podríamos imaginar toda una narración orbitándola. La potencia inconmensurable del dibujo da para todo ésto y para más. Y lo podrán comprobar en la excelente selección de ilustraciones incluidas en el libro que el autor realizó para portadas de “Creepy” y “Eerie” y que sólo igualaría otro maestro como Frazetta.

2

La extraña belleza del horror queda eternizada en la obra de Berni Wrightson. El goce de lo grotesco, lo extraño, lo horrible, lo demoníaco, está retratado y justificado en el trabajo de éste hombre del que muchos de sus compañeros de editorial (recuerden los nombres que hemos mencionado antes, casi nada) envidiaban no sólo su capacidad técnica sino la facilidad pasmosa con la que era capaz de crear en un suspiro algo a la  vez tan horrendo y tan hermoso. Créannos si les decimos que les entendemos perfectamente.

Y por si fuera poco…

Las historias que recoge éste volumen tienen un aliciente añadido. Los guiones son tanto originales como adaptaciones de autores clásicos de terror. Pero éstas traslaciones a historieta de relatos de Poe o H.P. Lovecraft, vayan fijándose en el nivel, se hacen primorosamente. Mantienen la atmósfera terrorífica de sus originales y el shock final de muchos de ellos, alterando lo necesario y sin traicionar en absoluto el espíritu del relato del que nacen.

5

Pero cuando las historias son originales, notaremos que el talento como escritor de Bruce Jones y el resto de guionistas corre parejo al del ilustrador. Una historia como “Jenifer”, una tragedia de ésa dimensión, se les quedará indeleblemente grabada. El ritmo y el tempo en el que los protagonistas se van hundiendo en un pozo de terror sin más salida que un desenlace cruel e injusto producirá uno de los momentos más placenteros de su vida a los amantes del terror más absoluto.

 Si que tendremos que protestar porque un par de historietas son simples colaboraciones de Wrigthson, y el nivel de sus autores principales es muy inferior. Ésto baja un escalón la obra y pensamos que un excesivo completismo ha roto el nivel superior que el libro debería tener.

El hombre que amaba el horror

Berni Wrightson (Baltimore, EEUU, 1948) es conocido además de por sus trabajos en las revistas que hoy nos ocupan por cosillas como ser el primer dibujante de “La Cosa del Pantano”. Para más, realizó una serie de increíbles y fastuosas ilustraciones para una edición memorable del “Frankenstein” de Mary Shelley y es coautor (con Bruce Jones) de una novela gráfica símplemente apabullante titulada “Feria de Monstruos” cuya lectura no es sólo recomendable, sino imprescindible.

Bernie_Wrightson

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *