El Caballero del León

La fascinación por el rey Arturo y sus caballeros se mantiene vigente en pleno siglo XXI. Felicitas Hoppe ha hecho una maravillosa adaptación para niños de uno de los relatos menos conocidos por el público: Yvain y el dragón. Bajo la cálida pluma de la autora se rebautiza como “El Caballero del León” y no pierde ni un ápice de su espíritu original. Este título es un magnífico regalo literario que nos convence aún más de la necesidad de acercar a los jóvenes lecturas consideradas “para adultos”. La magia, el amor y la lealtad ensalzan la figura de un héroe que tendrá que codearse con la locura para encontrarse a sí mismo.

Felicitas Hoppe, viajera incansable, ofrece en sus libros la posibilidad de abrir los ojos a otros horizontes y culturas. En este caso, se decanta por un relato medieval, al que ha lavado la cara para deleite de los lectores más jóvenes. Un libro de aventuras magníficamente narrado.

El mejor de los mejores

El caballero Yvain es feliz, tanto como lo puede ser un caballero en la corte más imponente del mundo: la del rey Arturo. Sale victorioso en todas las justas, las damas suspiran por él e incluso la reina Ginebra acepta su compañía en los banquetes. Junto con su mejor amigo Gauvain, es el mejor de los caballeros del rey. Sin embargo, el corazón de Yvain desea mayores aventuras y gloria, así que, instigado por un miembro de la corte, se marcha de madrugada hacia el Bosque Eterno. Allí ha de enfrentarse al más cruel de los dragones. En el camino se cruzará con un misterioso manantial, una hermosa reina y un mundo más peligroso de lo que se esperaba. ¿Será suficiente para conseguir lo que ansía?

Una fábula

El Caballero del León” es una de esas deliciosas novelas que es necesario guardar para generaciones futuras. Siruela ha hecho un espléndido trabajo en la cubierta, en la que se reproduce el dibujo original de su publicación en el año 1170 y en la traducción. Es sin duda una edición de lujo para una historia trepidante.

Adaptar el ideal caballeresco a nuestros días no parece cosa fácil, pero Felicitas Hoppe lo ha logrado. Los personajes, ya de por si atractivos, ganan intensidad. Sus sentimientos son muy humanos y, por ello, se empatiza rápidamente con sus miedos y locura.

No es una lectura compleja para niños, está indicada a partir de doce años. El lenguaje mantiene las características propias de los cuentos: repetición de coletillas (facilita la memorización), nombres sencillos que evocan un mundo mágico (El País de Al Lado, el Bosque Eterno, el Manantial de la Tormenta) y son muy sonoros. Estamos seguros de que disfrutarán leyéndolo en voz alta. La estructura lineal, nos lleva de un lugar a otro, siguiendo al joven Yvain en su loca carrera por alcanzar la gloria. Los paisajes se describen de forma muy sensorial, lo que resulta atractivo.

Todos los elementos presentes se encauzan hacia su verdadero ser, que no es otro que el de las novelas de caballerías. Sin embargo, el toque de Felicitas Hoppe lo convierte en una historia actual en su forma. Su contenido, como no podía ser de otra manera, nos retrotrae a la corte medieval “de fantasía” que todos recordamos y asociamos con Arturo, Lancelot y Ginebra.

Tiempo pasado

En El Mar de Tinta nos hemos quedado fascinados por la pureza del relato de Felicitas Hoppe. Se trata de una adaptación del original escrito por Chretien de Troyes (1130-1183), considerado una “subtrama” del ciclo artúrico y la primera novela francesa. De sobra son conocidas las historias sobre el Grial, Arturo, Ginebra y sus devaneos, pues han sido adaptadas al cine en múltiples ocasiones. La autora ha dejado de lado la parte más conocida y ofrece una novela inolvidable.

Yvain y Gauvain son caballeros de la mesa redonda, pero deciden ir por libre, especialmente el primero. Sus aventuras le llevan a conocer sus flaquezas y puntos fuertes. Como toda novela de crecimiento personal, narra cómo un joven, tras muchas cuitas, se conoce a sí mismo, su lugar en el mundo y, claro está, halla el amor verdadero. Puede parecer que todo esto ha pasado de moda. Pero les invitamos a pasar la primera página. Adentrarse en los mitos es disfrutar de un mundo de fantasía casi olvidado.

Hubo un tiempo en el que existían escritores con tanta imaginación como J.R.R Tolkien o George R.R Martin. Sin estos relatos iniciales ni “El señor de los anillos” ni “Canción de hielo y fuego” habrían visto la luz. La fantasía épica debe tanto a estos primeros escritores como la ciencia ficción a los pioneros del siglo XVI. En este caso se puede decir, no que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero si que la literatura de fantasía debe mucho a un tiempo anterior. Un tiempo de mitos, héroes y magia que aún nos hace soñar.

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