El niño pájaro

Debutar en el convulso mundo editorial actual es algo que, con la aparición de diversas plataformas de autoedición, resulta cada vez más fácil. Ahora bien, quienes optan por hacernos llegar sus obras de este modo acostumbran a empezar apuntando alto, normalmente con una novela y, ocasionalmente, con trilogías o sagas de mayor extensión.

Juan Manuel Peñate Rodríguez, sin embargo, decidió que su primer libro publicado sería una recopilación de relatos, “Al otro lado del cristal”, con la cual nos sorprendió gratamente hace un par de años. Ahora, demostrando que se siente muy cómodo con obras de extensión breve, el autor sevillano regresa con “El niño pájaro”, una nueva antología que incluye cuatro relatos y una excelente novela corta.

El niño pájaro

La historia que da título al volumen es la más extensa del mismo, ya que ocupa un poco más de la mitad de sus páginas . En ella Peñate nos sitúa en Japón, en una época indeterminada que quizá podría localizarse en la primera mitad del siglo pasado. Al principio de la novela corta, seremos testigos de las dificultades que tiene Kobe para integrarse en una nueva escuela, sobre todo debido al mal carácter del maestro Satoru. Castigado por desafiar al cruel profesor, Kobe se reunirá con Neji y Fun, otros dos alumnos “problemáticos” con quienes se acercará al pueblo mientras se supone que están cumpliendo un castigo.

Allí sus nuevos amigos le presentarán a Dakuan, un anciano borrachín con un don para contar historias. A cambio de licor y tabaco, el viejo les narrará la leyenda de Sem, fruto de la violación de una mujer extranjera por parte de un demonio. Nacido en un campo de batalla, el silencioso bebé será acogido por un bondadoso ermitaño llamado Bato, quien no sólo cuidará del pequeño sino que también le instruirá en el arte de la lucha. Cuando Bato fallezca, Sem iniciará un viaje sin rumbo fijo por tierras niponas, acompañado del inteligente cuervo Milo. Dotado de una fuerza sobrehumana, y armado con una enorme y pesada espada que maneja con mortal precisión, el medio demonio se verá inmerso en una espiral de violencia y, sin ser consciente de ello, jugará un importante papel en la lucha por controlar el País del Sol Naciente.

Otros relatos

Los cuatro relatos que acompañan a “El niño pájaro” ejemplifican la capacidad de su autor para cambiar de registro y moverse por ámbitos literarios muy diferentes. Buen ejemplo de ello es “La última lectura”, una historia que combina las vivencias de un grupo de chavales que viven en un orfanato con lo que acontece en un mundo de fantasía habitado por goblins. También dos líneas argumentales diferentes confluyen en “Club Paradise”, un lugar muy particular y exclusivo al que irán a parar sus protagonistas cuando sus vidas experimenten un cambio radical.

Por su parte, “¡Feliz no cumpleaños!” es un sentido homenaje a la obra del inmortal Lewis Carroll, ambientado en un mundo que podría o no ser el nuestro. Por último, “La gasolinera” es un interesante cuento de ciencia-ficción que transcurre en un futuro muy lejano en el cual el universo ha sufrido los estragos causados por un suceso denominado Big Rip. Una enorme carretera atraviesa el vacío, y por ella circulan los participantes de la Gran Carrera Universal, cuyo ganador podrá ver como su mayor deseo se hace realidad.

Narradores e historias

Las cinco historias incluidas en “El niño pájaro” cuentan con un elemento común, más importante en unas que en otras, pero presente en todas ellas: la figura del narrador. Así, los niños que protagonizan “La última lectura” disfrutan con los libros que les lee Luna cada vez que se escapan del agobiante orfanato en el cual residen, y los mundos a los cuales da forma  la niña con sus palabras funcionan como vía de escape de una realidad  nada agradable. En cuanto a “Club Paradise”, la aparición de cierto ilustre escritor da pie a que Peñate exprese lo que significa para él el hecho de escribir, un irrefrenable impulso creador que transciende la propia existencia del autor.

Quizás donde más importante resulte la figura del narrador de historias sea en la novela corta que da título a la antología. No en vano, la leyenda sobre el niño pájaro que el anciano Dakuan relata a Kobe, Neji y Fun tendrá un profundo efecto en los tres jóvenes, hasta el punto de hacer que decidan emular en cierto modo a Sem y a sus amigos. Poco hay que añadir sobre el papel de los creadores de mundos en lo que a “¡Feliz no cumpleaños!” se refiere, ya que toda la narración gira en torno a la figura del padre literario de la protagonista de “Alicia en el país de las maravillas”. Por último, en “La gasolinera”, el diario de a bordo escrito por Kronos resulta fundamental para introducirnos en el distante futuro en el cual transcurre la acción del relato.

Peñate 2.0

La buena impresión que nos causó en su día la lectura de “Al otro lado del cristal” hizo que en El Mar de Tinta tuviésemos la certeza de que la siguiente obra de Juan Manuel Peñate Rodríguez sería todavía mejor. Y así ha sido, ya que “El niño pájaro” cuenta con todas las virtudes de su autor (imaginación, originalidad, gran habilidad para la creación de personajes) y ninguno de los pequeños defectos que detectamos en su día en su opera prima.

Publicada por Editorial Círculo Rojo con una presentación impecable y una imagen de portada absolutamente fascinante, “El niño pájaro” es una estupenda antología en la cual Peñate vuelve a demostrar que tiene mucho que contar, así como sobrado talento para hacerlo. Estamos deseando ver con qué nos sorprende en su próximo libro, y confiamos en que, esta vez, la espera no resulte tan larga.

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