El oscuro invierno

Del periodismo a la literatura hay un paso. Que se lo digan a David Mark, un joven británico recientemente estrenado en el mundo de la novela tras quince años de redactor. “El oscuro invierno” (Ediciones Siruela) ha sido su primera incursión en el género policiaco. Todo indica que será una larga serie de aventuras protagonizadas por el sargento McAvoy a las que nos engancharemos con facilidad.

Poco antes de las vacaciones de Navidad la ciudad de Hull, en East Yorkshire, se convierte en el escenario de tres asesinatos sin conexión aparente. El sargento McAvoy pertenece a la Unidad de Delitos Graves y Crimen Organizado y además de ser un enternecedor hombre de familia, casado y con un hijo, tiene un estricto sentido del deber. Sus particulares cualidades le convierten en el único capaz de ver el vínculo entre las tres muertes.

El asesino de los ojos llorosos

Son las dos de la tarde de un frío día de invierno. Queda poco para la Navidad y el ajetreo ya se palpa en las calles de Hull. De repente se empiezan a oír gritos en la plaza, junto a la Iglesia: un hombre con pasamontañas acaba de matar a una adolescente. Hasta ese momento el sargento pasaba una tranquila mañana junto a su hijo en una de las terracitas cercanas al templo religioso.

El pánico desatado le hace saltar de la silla con la intención de enterarse de lo sucedido. Sin embargo, él resulta involucrado en el caso al ser arrollado por quien acaba de cometer el crimen más terrible de cuantos se recuerdan en la zona. El breve contacto entre el asesino y McAvoy basta para que éste último se percate de sus ojos llorosos. Algo inusual en alguien sin piedad ¿Acaso estaba actuando en contra de su voluntad? ¿Tenía sentimientos encontrados?

Unos días antes un anciano, único superviviente de un naufragio cuarenta años atrás, regresa al lugar de la tragedia para contarla en exclusiva en un programa de televisión. El relato del octogenario Fred hubiese servido para montar un documental repleto de datos hasta entonces desconocidos, de no ser porque en un descanso Fred sale a tomar el aire y desaparece sin dejar rastro.

El tercero en discordia es un drogadicto que en su día sobrevivió a un incendio que calcinó a toda su familia. Ahora se convierte en alimento para las llamas en un barrio de viviendas de protección oficial. Todos los finados son unos burladores del destino, capaces de salir airosos en circunstancias donde otros terminaron falleciendo. Ser únicos supervivientes les saldrá caro.

McAvoy, un sargento peculiar

El escritor le enmarca dentro de una familia idílica junto a Roisin, su mujer, y Fin, su hijo. El perfecto padre de familia cae en el tópico de darlo todo por su empleo, capaz de renunciar a los placeres que le dedica su mujer o a prescindir de los días previos a la Navidad por capturar al malhechor. Su esposa y su hijo, por su parte, se muestran comprensivos. Los conflictos afectan sólo a su vida laboral.

La cualidad que mejor le define es el sentido del deber extremadamente estricto, causa de más de un desencuentro con sus compañeros de trabajo. McAvoy solicitó el traslado a la Unidad de Delitos Graves y Crimen Organizado de Hull tras haber estado a punto de morir mientras cumplía una tarea que nadie le había encomendado. Este tipo de actuaciones provocan recelo a su alrededor.

No es de extrañar que no sea el preferido de nadie y que su situación se agrave con los recientes cambios en el equipo. La marcha del jefe superior de Policía supone la inesperada llegada de la atractiva Trish Pharaoh. Todos creían que ese puesto lo ocuparía el inspector jefe Colin Ray, de modo que los conflictos y los rumores estarán a la orden del día.

Tensión a cuentagotas

El libro está cuidadosamente estructurado en cuatro partes a su vez subdivididas en capítulos cortos que le dan agilidad a la trama. Incluye un prólogo que nos pone en antecedentes sobre la historia del anciano Stein. Un operador de cámara y una periodista le acompañan a bordo de un petrolero.

El grueso de la trama está contado en tercera persona del presente siguiendo los pasos del sargento McAvoy. Sus diálogos con los personajes aceleran el paso de las hojas incluso en los tramos en los que la novela pierde fuerza. Empieza realmente bien, con dos sucesos estremecedores, el de la muchacha asesinada en la iglesia y el del pescador superviviente del naufragio. Pierde algo de intensidad en el nudo y lo recupera casi al final, consiguiendo dejarnos con ganas de más en el epílogo.

En total 27 capítulos nos invitan a leer con calma y en un ambiente lo más tranquilo posible para no perder las pistas ni el empuje necesario que todo lector debe brindar a un policía carismático en apuros.

La novela policiaca revelación en Inglaterra

David Mark no es el primero (ni será el último) en pasar de lo puramente informativo a lo novelesco. De hecho, son escasos los periodistas capaces de evitar traspasar la fina línea entre periodismo y literatura. En el caso de Mark su trabajo ha influido en gran medida en la temática y el escenario de su libro “El oscuro invierno”.

Él nació en Carlisle (Reino Unido) en 1977. Ha trabajado durante más de quince años como periodista, curiosamente siete de ellos en la sección de sucesos del diario The Yorkshire Post en su redacción de Hull, la misma ciudad donde ocurren los acontecimientos que hoy os presentamos.

El periodismo ha sido, pues, un punto de inflexión nada desdeñable en la trayectoria profesional del británico. 100.000 ejemplares vendidos lo avalan y la crítica también. Sin ir más lejos The Guardian la tachó de: “una primera novela extremadamente prometedora”.

Aunque aquí nos acaba de llegar la traducción al castellano a cargo de Javier Sánchez García-Gutiérrez, ya se ha publicado en su país la continuación de esta serie del sargento McAvoy. El título es “Original Skin”, estaremos atentos para seguir la estela del protagonista.

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