La corte de los espejos

Lo que empezó siendo una novela-blog, se ha convertido en una de las apuestas del recién nacido y prometedor sello de Random House Mondadori: Fantascy. Y menuda gran apuesta. Concepción Perea regala a los amantes de la fantasía una aventura original, llena de intrigas y acción trepidante, protagonizada por un hada tan cascarrabias como entrañable. “La corte de los espejos” es un título que no deberían dejar escapar.

Podría haber sido un pastiche, podría habérsele escapado de las manos. Pero como tejedora de sueños, la escritora sevillana extiende su entramado de personajes y magia con soltura y originalidad consiguiendo cautivarnos sin remedio. Una trama primorosamente elaborada que traslada al lector a un mundo donde mito y folklore se dan la mano.

La ingeniera malhumorada

Nicasia es una knocker afincada en la Corte de los Espejos. Regenta una hospedería y, además, es una magníficas ingeniera. Sus malas pulgas la preceden, pero eso no amedrenta a Dujal, un phoka descarado y adicto al riesgo que no pierde oportunidad de sacarla de sus casillas.

Sin embargo, cuando la maestra de Dujal y antigua amiga de Nicasia es asesinada, la ingeniera tendrá que unirse a su eterno rival para hallar a los culpables. Juntos emprenderán un viaje en busca de respuestas que les conducirá a variopintos escenarios del mundo de TerraLinde, donde deberán enfrentarse a oscuros enemigos y descubrir secretos largo tiempo escondidos.

Un amplio elenco de personajes bien construidos, una historia con giros inesperados y acción constante. Ambientada en un universo que perfectamente podría rivalizar con los creados por los consagrados autores del género en lengua anglosajona, se inspira en obras clásicas de la fantasía, pero mantiene un enfoque genuino cuya frescura seducirá con seguridad a los lectores.

Hadas buenas y, por supuesto, hadas malas

Indica Brian Froud en algunos de sus libros, que no todas las hadas son buenas ni hermosas. Como seres elementales, son lo que deben ser, algunas malvadas, otras benévolas, otras traviesas, e incluso a veces, demasiado alejadas de las emociones para poder compararlas con las que los humanos podemos sentir. El autor de obras tan maravillosas como “Hadas”, “Good fairies… and bad fairies” o la película dirigida por Jim Henson “Dentro del laberinto” se acercan mucho a la imagen que Concepción Perea nos muestra aquí de estos seres.

En “La corte de los espejos” encontramos la misma idea desarrollada y trabajada, dando forma a unos personajes que imbrican folklore nórdico y celta con los mitos grecorromanos, pero de una forma que funciona (sorprendentemente) de maravilla. Perea llena de vida, con un lenguaje muy plástico y cuidado, la urbe fantástica rebosante de razas, gremios y culturas mágicas.

Y entre ellas, una protagonista atípica: la autora nos brinda, con Nicasia y sus compañeros de aventuras, un descanso de personajes principales sosos y cuadriculados, y esto es algo que en El Mar de Tinta nos gusta sobremanera. En la invasión de novelas fantásticas que, a día de hoy, sufren las librerías, es difícil encontrar títulos que destaquen. Si, además, el autor es nacional nuestra misión es recomendarlo encarecidamente.

Imaginar bien, escribir mejor

Concepción Perea no se limita a ofrecernos una trama de misterio y asesinatos, salpicada de hechizos y buenos personajes. Tras su lectura, el lector comprende que TerraLinde y su red de historias es un trabajo de creación minucioso. Además de atar todos los cabos sueltos, el imaginario de la escritora da para mucho más, y eso se observa en toda la narración.

El texto está salpicado de explicaciones que el lector agradecerá: información sobre la historia de TerraLinde, de las vicisitudes personales de cada personaje, de la corte de Silvania y los reinados que la precedieron. Detalladas descripciones que se entrelazan en un relato coral, consiguiendo que el imaginario de la autora cobre vida a medida que se pasan las páginas.

 Asimismo, la prosa de la autora es impecable. Narrada en tercera persona, y solapando las voces de los múltiples protagonistas, no pierde calidad en pos de la ligereza. Al contrario, consigue ambas, y da voz a sus personajes con un humor y una simplicidad que hace esta lectura asequible para todo tipo de lectores. De hecho, podría ser un título excelente si no se es lector de fantasía habitual.

Un toque steampunk y el amor

 No creemos que los romances sean imprescindibles para que una novela funcione. De hecho, en algunas novelas fantásticas introducir el esperado affair con calzador es sinónimo de disfraz para la pobreza de trama. Concha Perea no necesita ocultar nada, porque todo en “La corte de los espejos” tiene su razón de ser. También el amor, que se cuela en la novela fluido y natural. Podrá sorprender a algunos, e incluso decepcionar a otros, pero como novela poblada de personajes atípicos, no se podía esperar menos.

 Asimismo, la autora introduce un toque steampunk, que encantará a los aficionados a este género, tan de moda en los días que corren. Los ingenios mecánicos casan a la perfección con el ambiente variopinto creado por la escritora.

Y ahora… a esperar

 Decir que “La corte de los espejos” nos ha sorprendido gratamente es quedarse corto. Concepción Perea demuestra con su primera novela (igual que otros jóvenes escritores como Alberto Morán Roa, Susana Eeve, Virginia Pérez de la Puente o Tobías Grumm) que el género fantástico no es algo reservado para escritores extranjeros. Que dentro de nuestras fronteras sí hay talento creador.

 Y si tras esta entretenida novela se quedan, como nosotros, con ganas de más, no desesperen. Concepción Perea ya está trabajando en una continuación de las aventuras de la ingeniera cascarrabias, y esperamos que su carrera como escritora sea larga y prolífica.

 La edición de Fantascy de este título es más que correcta, con una sugerente portada y una agradable tipografía. Sin embargo, como todo buen título de fantasía, nos encantaría poder disponer en un futuro de una edición colmada de bellas ilustraciones. El mundo de TerraLinde y sus pintorescos habitantes las merece. Sacadas, a ser posible, del tintero de algún artista español dotado de juventud y mucho talento.