La gran historia de los videojuegos

Los videojuegos son, sin ninguna duda, una de las fuentes de entretenimiento más importantes en la sociedad actual. Ya sea en el ordenador, en alguna de las diversas consolas que existen, o en los omnipresentes smartphones, casi todos hemos jugado en alguna ocasión a alguno de los innumerables juegos disponibles en el mercado.

Sin embargo, muy pocos jugadores habituales u ocasionales se paran a pensar en el origen de esa abrumadora variedad de plataformas y videojuegos. Si lo hicieran, descubrirían que la del entretenimiento electrónico es una historia fascinante, plagada de enfrentamientos, impresionantes avances tecnológicos y grandes obstáculos a superar, y protagonizada por un grupo de creadores que dedicaron todo su ingenio a crear, píxel a píxel, un número infinito de mundos en los cuales pasar horas inolvidables.

De los recreativos a casa

El encargado de narrarnos tan interesante odisea es Steven L. Kent, quien en “La gran historia de los videojuegos” realiza un exhaustivo repaso de la misma, desde la creación de las primeras máquinas de pinball hasta la aparición de consolas como la PlayStation 2, la GameCube y la Xbox en 2001. A lo largo del camino, visitaremos los ya extintos salones recreativos para conocer cuáles fueron las máquinas más populares en su día, y asistiremos a la invención de todo tipo de sistemas que permitirían que disfrutásemos de los juegos electrónicos en nuestros propios hogares.

También habrá tiempo para recordar aquellos videojuegos portátiles (las entrañables “maquinitas”) que tanto nos entusiasmaron en su día, así como el extenso catálogo de periféricos que se comercializó para hacer que la experiencia de juego en casa alcanzara niveles (para la época) de una sofisticación insospechada. Y, por supuesto, cada paso del camino estará marcado por una serie de nombres legendarios: los de las grandes compañías desarrolladoras de hardware y software, y los de sus inmortales creaciones.

Compañías y personajes legendarios

Quienes ya tenemos una cierta edad, recordamos perfectamente el nombre de Atari, la primera empresa gracias a la cual pudimos disfrutar con la experiencia de jugar en nuestro salón con juegos tan simples y adictivos como “Pong”, “Asteroids” o “Galaxian”. Ellos fueron los primeros en “abrir fuego”, y siguiendo sus pasos llegaron compañías como Sega, Nintendo, Sony o Microsoft, fabricantes de consolas ya míticas: Saturn, Dreamcast, NES, Nintendo 64, Game Boy, PlayStation, Xbox y un largo etcétera.

Por supuesto, al repasar la historia de todas estas empresas, Kent se toma su tiempo para hablarnos de aquellos personajes, surgidos de videojuegos de enorme éxito, que acabaron por convertirse en imágenes representativas de las compañías en cuyo seno vieron la luz. Así, el inolvidable Pac-Man es el icono por excelencia de Atari, así como lo son  el bueno de Mario para Nintendo (con permiso de Donkey Kong, por supuesto), y el veloz Sonic para Sega. Todos ellos generaron (y generan todavía) multitud de productos con su imagen, además de series de animación e incluso alguna que otra película francamente olvidable.

Rivalidad y tribunales

Buena parte de “La gran historia de los videojuegos” se centra en narrar los continuos enfrentamientos entre las distintas compañías, fruto de una intensa rivalidad motivada por la obsesión de ser el número uno en un mercado que genera enormes beneficios. Todas las empresas del sector participan en una competición interminable para ver quién pone a la venta la consola más potente y más versátil, los juegos más adictivos y los mejores periféricos. Todo ello con el precio más competitivo y, a ser posible, a prueba de pirateo. El resultado de esa continua lucha por alcanzar la posición dominante está salpicado de maniobras de todo tipo y, como podrá descubrir el lector, en más de una ocasión quien no ha sabido estar a la altura se ha enfrentado a pérdidas millonarias.

Otro de los aspectos importantes de la historia de los videojuegos es la eterna polémica sobre si la violencia presente en los mismos ejerce una influencia negativa sobre los jugadores, especialmente sobre los menores de edad. En el volumen que nos ocupa encontramos capítulos dedicados a algunas de las periódicas investigaciones llevadas a cabo por miembros de los estamentos político y judicial norteamericano, destinadas a tratar de dilucidar si existe alguna relación entre los videojuegos y la violencia juvenil (con referencia a actos tan deleznables como la trágica masacre de Columbine), fruto de las cuales se tomaron medidas como los diversos sistemas de clasificación por edades para los juegos electrónicos.

No apto para todos los públicos

“La gran historia de los videojuegos”, editado por Ediciones B en su sello Nova, no es un libro dirigido al gran público. Se trata de un volumen muy interesante, escrito de forma amena y repleto de testimonios de los protagonistas de los hechos que cuenta, pero no llamará la atención de quien no sienta interés por el mundo de los videojuegos. Por el contrario, si no sólo es usted aficionado al ocio electrónico, sino que también alberga una cierta curiosidad por la evolución del mismo, el libro de Kent le mantendrá atrapado hasta que concluya su lectura.

El único aspecto mejorable de “La gran historia de los videojuegos” es su apartado gráfico. Las fotografías incluidas en el libro, todas en blanco y negro, se encuentran agrupadas en el centro del mismo, y la calidad de las mismas deja mucho que desear. Si las imágenes hubieran sido a color, y se hubiesen insertado a lo largo del texto para ilustrar convenientemente lo que se cuenta en cada capítulo, el resultado hubiera sido sobresaliente. Así, desde El Mar de Tinta otorgamos un notable alto a una obra de gran valor histórico y nostálgico para quienes hemos crecido paralelamente al desarrollo de la industria de los videojuegos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *