La nieve interminable

El escritor gallego Agustín Fernández Paz, fallecido recientemente, ha dejado como legado una magnifica colección de novelas para niños y jóvenes. En El Mar de Tinta no nos hemos podido resistir a su última novela, “La nieve interminable”, magnifico homenaje a los escritores del Romanticismo inglés.  

En la presente edición, a cargo de la editorial SM, el lector encontrará un interesante glosario en el que se recogen las principales aportaciones de los mitos terroríficos (Frankenstein, los vampiros y los fantasmas) a través del cine y la literatura. En “La nieve interminable” se descubre a éstos y otros monstruos. Para los lectores más jóvenes será una magnifica oportunidad para entrar en contacto con el estilo inmortal de Polidori, Lovecraft o Shelley.

Solos en un hostal 

Alva Novo, guionista de profesión, se enfrenta a un importante reto. La cadena para la que trabaja le ha propuesto idear un nuevo programa de terror que escape de los clichés del género. Debe buscar la inspiración para dar con una idea fresca y original. Siendo un tema que no domina, llama a una serie de expertos y compañeros de profesión para que le ayuden en su periplo.

Para  dar rienda suelta al genio deciden, al unísono, escaparse unos días a una remota localidad gallega, a un hostal aún más remoto y perdido. El aislamiento del lugar se les antoja idóneo a primera vista. Sin embargo, en su tercer día en tan idílico lugar, una copiosa nevada termina por dejarles incomunicados con el mundo exterior. Sin ipad, televisión o internet, Alva propone escribir un guión a mano. Cada uno deberá aportar una idea ingeniosa, que será discutida entre todos. El resultado: unos relatos, a cual más escalofriante. Pero, como comprobarán, a veces la realidad puede resultar más tenebrosa.

Clasicismo renovado

La nieve interminable” (“A neve interminable”) es un pequeño tesoro que, pese a no ser del todo original en sus planteamientos, si ofrece una visión estilística de los grandes autores del terror clásico. El punto de partida, un grupo de personas encerradas y aisladas en un remoto lugar, no es en sí novedoso. A los jóvenes les encantará en terror que subyace, lánguido y reptante, y ese toque de novela gótica espeluznante.

[quote]Hostal Providencia, ese es su nombre. Allá sólo hay prados y bosques, y montes atravesados por una gran cantidad de caminos. El pueblo más próximo es A Fonsagrada, que está a unos quince kilómetros. ¡Más aislado, imposible![/quote]

Los dueños del hostal, siniestros como corresponde, combinan a la perfección con el resto de personajes, auténticos frikis de la profesión audiovisual. Agustín Fernández Paz les asigna unos caracteres típicos de película de terror, pero funcionan a la perfección en la atmósfera creada para la novela. Entendemos bien la moralina final,  cercana a una lección sobre medio ambiente, pero la encontramos algo forzada.

[quote]El mayor temor lo tenemos delante de los ojos desde que comenzó a nevar. ¿O esta prolongada tormenta tampoco os parece extraña? (…) El nivel del mar sube, hay grandes inundaciones y sequías terribles en lugares inimaginables (…) Es como si el clima hubiera enloquecido, incapaz de soportar tantos desastres[/quote]

El esquema interno (historias dentro de la historia) mantiene el interés del lector, arrastrándolo a un “querer saber más”. Los cuatro relatos internos (“La casa azul”, “Herencia de sangre”, “La niebla de la venganza” y “Un incidente en el internado”) son de desigual intensidad. No obstante, dado que el objetivo es despertar el interés por los clásicos, el resultado es positivo. El estilo de los relatos y su temática captan la atención.

Escritores inmortales

Dado que Agustín Fernández Paz (1947-2016) fue un ferviente admirador de Mary Shelley y su obra no es de extrañar encontrar ecos de ésta en la novela. También el doctor Frankenstein opta por escribir su historia desde el principio. En este sentido, tanto “La nieve interminable” como “Frankenstein” empiezan por el final y se desarrollan a modo de memorias del protagonista. También los relatos dentro del relato siguen este esquema, tan común en los escritores góticos.

La gestación de la obra de Shelley empapa las páginas de la novela de Fernández Paz, así como la personalidad de otros autores de la época, conocidos por Mary Shelley. Lord Byron y su médico John William Polidori dejan entrever su estilo y obra en las páginas de “La nieve interminable”. Los poemas del vividor Byron, llenos de  fatalismo, sirven a Fernández Paz para presentar el problema del cambio climático como el verdadero terror de nuestra época. Ya no sólo los aparecidos aterrorizan al personal, o los vampiros (cuya gestación no se debe a Polidori pero sí su intromisión en la literatura romántica); es el advenimiento de una humanidad sin recursos energéticos o vitales, sin comida o agua, perdida en la desolación.

“La nieve que nunca acaba”, última novela de un gran escritor, es un llamamiento a la responsabilidad con el planeta y un sentido homenaje a un grupo de escritores que, sin quererlo, hicieron del terror algo hermoso. “La literatura se teje con los hilos de nuestra vida”, decía Fernández Paz. Descanse en paz.

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