Carmilla y otros relatos de mujeres vampiro

Valdemar cerraba el año en el mes de diciembre con dos títulos suculentos y recomendables. En este “Carmilla y otros relatos de mujeres vampiro” los amantes del cuento gótico disfrutarán de cinco plumas imprescindibles de la literatura de terror. Una edición de lujo acompañada de las exquisitas ilustraciones de Alejandro Colucci.

El equipo de Valdemar tiene un gusto impecable a la hora de escoger títulos con los cuales engrosar su colección. Asimismo, sus ediciones son el fruto perfecto de muchas horas de dedicación y amor por la literatura. Cuando a este buen hacer se suma el trabajo de ilustradores a la altura de Alejandro Colucci o Santiago Caruso, ningún lector consumado podrá resistirse al hechizo: otro libro para la interminable lista de pendientes.

Cinco cuentos góticos

Si  les gusta la fantasía y el terror, pero no se atreven con los clásicos, creemos que “Carmilla y otros relatos” puede ser una buena opción para iniciarse.  Para este volumen, el sello editorial selecciona cinco relatos cortos, obra de grandes autores y pioneros. En particular, son historias protagonizadas por las damas de la noche: féminas despiadadas, cautivas del poder de la sangre, muertas vivientes engatusadoras que fascinan y aterrorizan a aquellos que se cruzan en su camino.

El mito del vampiro es por todos, a día de hoy, conocido.  En estos cuentos regresamos a sus mismos orígenes: sus artífices imbrican folclore y tradición oral de sus tierras con la atmósfera romántica y tenebrosa de la renovada novela gótica del siglo XIX. Abre el volumen un maestro del relato, Edgar Allan Poe, con su inquietante “Berenice”, publicado en 1835. Uno de nuestros relatos preferidos del autor norteamericano, trata el vampirismo de un modo ambiguo. Su final sorpresivo (y genial) provocará el debate a la hora de sacar conclusiones.  Le sigue “La muerta enamorada”, un cuento romántico de  1836 de Téophile Gautier. Su protagonista, un incauto seminarista, se verá arrastrado a un amor infernal. Encontramos en él elementos claros del romanticismo: el interés por las experiencias oníricas, la nostalgia de la muerte, el amor desgarrador, la dicotomía entre las pasiones y el razonamiento impregnado de moralidad.

“Carmilla” es, indudablemente, la pieza clave de este volumen, ya sea por su extensión de novela corta o por haber sido la fuente de inspiración clave para que Bram Stoker escribiese “Drácula”, la cual consagraría para siempre el estereotipo vampírico por excelencia. El irlandés Le Fanu, se adelantaría a Stoker con una historia similar, cargada de erotismo encubierto, que imaginamos escandalizaría a más de un lector coetáneo. Narrada en primera persona, cuenta la historia de una familia noble quienes, bajo extrañas circunstancias, acogen a una damisela bella y lánguida, con la que la narradora trabará enseguida amistad. Entre arrebatos de una pasión extraordinaria, posesivos y casi lascivos, Carmilla mostrará un comportamiento errático para con su nueva compañera y, mientras ésta se encuentra cada vez más joven y hermosa, la otra irá consumiéndose en pesadillas aterradoras y sensaciones físicas inexplicables.

[quote]Era como el ardor de un enamorado; me turbaba; era algo odioso y, no obstante, irresistible. Luego me atraía hacia ella, recreándose en la mirada, y sus cálidos labios me recorrían las mejillas a besos, mientras me susurraba, casi sozollando: – Sois mía, seréis mía; vos y yo tenemos que ser una sola persona, y para siempre.[/quote] – Carmilla.

Cierran la pieza otros dos cuentos: “Pues la sangre es vida”, firmado por Francis Marion Crawford y la curiosa “Cuando había luz de luna”, cuyo protagonista es el propio Poe, convertido en un aventurero cazador de vampiros, buscando la inspiración en sus experiencias reales con lo sobrenatural.

Una selección redonda

“Carmilla y otros relatos de mujeres vampiro” nos ha parecido una antología perfecta que funciona como excelente muestra del género y el estereotipo femenino vampírico. Estos cuentos serían, con el paso de los años, una fuente de inspiración inagotable para otros literatos de fama mundial (como Anne Rice, por citar alguno). Además de la calidad incuestionable de los cuentos, a ello se suma el talento de Alejandro Colucci, cuyas ilustraciones a todo color son la guinda de esta edición de lujo.

Seguimos la trayectoria de este ilustrador paraguayo desde hace años (suyas son las portadas de los libros de Anne Rice, o las de la serie fantástica protagonizada por el peliblanco Geralt de Rivia). De líneas naturalistas, utilizando con maestría las sombras y los escenarios nocturnos y fantasmagóricos, consigue trasmitir con su arte la atmósfera gótica que estos relatos precisan.

En definitiva, y como era de esperar, este nuevo título, es una tentación. Para los que ya conozcan los relatos, la simple idea de releerlos en edición de tapa dura e ilustrada a color servirá para terminar de convencerles. Y, si por el contrario, es su primer contacto con el género y los autores, no podrían hacer una mejor elección: estos cuentos son una lectura amena, entretenida, ligera y sobre todo, fascinante.

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