Los crímenes del monograma

Vuelve el detective belga del bigote engominado. Hercules Poirot resucita de la mano de la aclamada escritora Sophie Hannah con una trama digna de su creadora, la simpar Agatha Christie. En uno de los hoteles más lujosos de Londres aparecen tres cadáveres con un gemelo cada uno en la boca. El joven inspector de Scotland Yard, Edward Catchpool, se enfrenta a un crimen tan macabro como difícil de resolver. Afortunadamente contará con la ayuda de Poirot y sus células grises.

Sophie Hannah, escritora especializada en el thriller psicológico, retoma la figura del emblemático Poirot para homenajear a su creadora. El resultado es un nuevo caso para el detective que hará las delicias de sus seguidores. Todo un acierto en el que se puede apreciar el excelente trabajo de Hannah y su aportación al mundo creado por Christie.

En un gran hotel

Poirot ha decidido tomarse un descanso y decide hospedarse en un hogar de huéspedes, teniendo como compañero el policía Edward Catchpool. Todas las tardes aprovecha para tomar café en el Pleasant. Allí es sorprendido por una joven asustada que asegura ser perseguida por un asesino. Unas horas más tarde en el hotel más lujoso de Londres aparecen tres cadáveres con un gemelo en la boca.

El joven agente de Scotland Yard, Edward Catchpool, está a cargo del extraño caso. Las víctimas fueron encontradas en idénticas circunstancias. La escena del crimen respondía al mismo escenario en los tres casos y, lo más sorprendente, los gemelos tenían el mismo monograma. Todo parece apuntar a un asesino en serie.

Sin embargo, Hercules Poirot tiene una visión diferente al respecto y pone a funcionar sus células grises. Lo que parecía un triple asesinato sin pies ni cabeza, pronto cobra un nuevo significado gracias a los hallazgos de Poirot quien, una vez más, se encarga de guiar los pasos de otro (Catchpool) hacia la verdad.

Vuelve el mito

Para todos aquellos que admiran y disfrutan de las novelas de Agatha Christie nada había más impensable que el resurgir de Poirot. Tras “Telón” la literatura perdió a uno de sus mejores personajes y los lectores a un detective sin igual. Años más tarde moría su creadora, aportando un sentimiento más profundo que la orfandad: la añoranza. No había solución de continuidad, hasta que Sophie Hannah llamó a la puerta de los herederos de la autora con el borrador de “Los crímenes del monograma”. Y el mundo literario respiró de nuevo.

“Los crímenes del monograma” podría haber sido escrito por la mismísima Agatha Christie. Su estilo y su sello están impresos en las páginas de forma admirable. A su vez, Sophie Hannah aporta un nuevo personaje, a todas luces hijo de su genio literario. Cuenta con los matices propios de su estilo. Un policía joven, lleno de dudas sobre sí mismo, sobre el que sobrevuela como ave de mal agüero el recuerdo de un trauma infantil. Edward Catchpool es “hijo” de Hanna como Poirot lo es de Christie. Y funcionan muy bien. La fusión entre lo nuevo y lo viejo es tan perfecta como en el traje de una novia.

El resto de personajes adornan la relación de los protagonistas, respiran un halo más cercano al estilo de Agatha Christie, impregnado por el buen hacer de Hannah. Los escenarios londinenses, la pompa británica, todo sirve para inmortalizar la figura del belga. Muestra una delicadeza tan perfecta en sus descripciones y atmósfera que es imposible no recordar los originales de Christie. Un perfecto homenaje que puede abrir una puerta a la continuidad.

Presentaciones y posible continuación

Sophie Hannah ya ha publicado un importante número de novelas, todas ellas de gran repercusión, aplaudidas por la crítica de todo el mundo. Sus libros se convierten rápidamente en superventas una vez salen a la venta y cuenta con millones de admiradores por todo el mundo. Su incursión al mundo Christie viene acompañado por una nota por parte de los herederos de la autora aplaudiendo su trabajo. La propia Hannah dedica “Los crímenes del monograma” a Agatha Christie. Con tan buena presentación era de esperar una historia de iguales características. Y así es. Fresca y a la vez entrañable, guarda toda la esencia del personaje y su entorno.

Dada la buena acogida que está teniendo se podría esperar una continuación. No hay nada dicho al respecto, por el momento. Hasta qué punto sería bueno continuar una línea paralela a la creada por la autora es una pregunta difícil de responder. Seguramente despertarían los gritos detractores de muchos, con sobradas razones para decir “no” a semejante iniciativa. Pero no hay que preocuparse, siempre estarán los clásicos de Agatha Christie para acudir a la fuente original. Y no se debe creer que “Los crímenes del monograma” sea una copia. Se trata de una historia ajena a los originales, pero manteniendo los detalles y características de éstos.

¿La figura de Cathpool podría convertirse en un nuevo Hastings? Está por ver. Lo cierto es que sirve de empuje para nuevas aventuras del detective o, tal vez, del propio Edward Cathpool. El caso es que la editorial Espasa, bajo el sello Planeta, se ha hecho eco de esta novela con muy buenas críticas. Si existirá una continuidad o no, sólo el tiempo lo dirá. Hasta entonces se puede disfrutar de “Los crímenes del monograma” con un buen café en una tarde lluviosa.

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