Morir no es lo que más duele

Inés Plana, periodista de profesión, ha tenido una gran acogida con su primer libro. “Morir no es lo que más duele” se ha definido como novela negra, thriller psicológico y alegato a favor de la independencia de la mujer. Compleja y de ritmo desigual, en El Mar de Tinta nos quedamos con el esfuerzo por parte de la autora para llevar a buen puerto un mosaico de personalidades perdidas y arrasadas por la tragedia.

Espasa acoge este debut a lo grande. Entre el público ha tenido un buen recibimiento. Su estilo, similar al de Gillian Flynn y otras autoras del género, se centra en la torturada personalidad de los personajes, dejando el peso de la trama en el devenir de sus caracteres.

Marcados

Sara lleva una vida apartada en su chalé madrileño. Trabaja como correctora de estilo para una editorial, no tiene pareja y disfruta de su soledad. Una mañana recibe la visita de una pareja de guardias civiles. Se ha encontrado a un hombre colgado, con los ojos arrancados y su nombre y dirección en un papel cuidadosamente doblado en el bolsillo de su pantalón. Rota la tranquilidad de su existencia, la vida de Sara dará un vuelco cuando descubra en su nevera los ojos del hombre asesinado.

Julián Tresser, el guardia civil encargado del caso, no encuentra relación entre el hombre asesinado y Sara. Una vista del pasado le traerá las claves que necesita, pero se verá obligado a andar a oscuras para esclarecer un crimen sin sentido y luchar contra sus propios fantasmas.

Tragedia en niveles

[quote]Nunca se conoce a las personas del todo. En cada una habita una sorpresa o una decepción[/quote]

Las mujeres parecen gobernar en las listas de libros más vendidos. Esta tendencia actual está aportando grandes novelas y grandes escritoras. Tal vez pronto se vea en los cines una adaptación de la presente obra, demostrando que no sólo las autoras estadounidenses triunfan en nuestro país.

Morir no es lo que más duele” camina entre géneros. Novela policíaca, de suspense, tragedia familiar, drama humano: demasiadas etiquetas para definirla. Todas ellas se diluyen en un todo que, en ocasiones, parece perder continuidad. Inés Plana trata de aglutinar tantos géneros y temas (la soledad, el duelo, la guerra, la violencia, el mal) que parece desbordarse y crear una compleja coherencia interna.

La trama se sigue a través de las voces de los personajes: empieza con Sara, continúa con Tresser y su subordinado, Coira, pasando por Gastón (un conocido de la infancia de Tresser que esconde muchos secretos). Por lo tanto, no hay acción propiamente dicha. Los diferentes acontecimientos, pasados y presentes, que llevan a la situación que viven los personajes, no siguen un orden lineal ni una secuencia de acciones. Esto, dado que la novela se define como “negra”, puede desalentar a muchos lectores, ávidos de experiencias extremas y trabajo policial de acción. Lo que se muestra es un baile emocional entre personajes aislados más cerca del ensayo psicológico que del thriller. La pesadumbre que gobierna sobre todos, el desaliento y la apatía impiden congraciarse con ellos. Sara, una pobre víctima, resulta grosera y antipática. Es difícil identificarse con ellos, porque parecen cortados por el mismo rasero negativo.

A la española

“Morir no es lo que más duele” puede resultar monótona y lenta si es acción lo que se busca. No es una novela policíaca al uso, pero estamos seguros de que encontrará lectores más serenos. Su aglutinación temática resulta confusa, pero su discurso sobre la soledad y la locura es interesante. Existe un esfuerzo por dar verosimilitud al trabajo policial desarrollado por Tresser y Coira. Inés Plana ha contado con la ayuda de la Benemérita para ello y el resultado es positivo. La atmósfera general es muy realista. El ambiente, los escenarios. Ha cuidado los detalles, pero a nuestro modo de ver le falta cierta fluidez.

[quote]La mente humana, cuando quiere ser aún más compleja de lo que es, se convierte en un pozo profundo y oscuro[/quote]

Existen aspectos que lindan con lo fantasioso. No queremos desvelar nada, pero apuntamos la idea del mal como elemento inherente en determinadas personas. Hay quien es malvado desde el nacimiento, lo que conduce a la perversión. Creer en una especie de niño diabólico nos parece más verosímil en una novela de terror. Aquí nos choca.

En conjunto resulta un debut original, en la línea de los grandes superventas escritos por mujeres que actualmente tienen tanto éxito. No supone una novedad pero sí un ejemplo de originalidad.

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