Un mal necesario

En cuestión de apenas medio año, Random nos ha ofrecido los tres volúmenes que conforman el “Tríptico de Asclepia”. Tras “Semillas amargas” y “La guerra más fría”, la estupenda saga firmada por Ian Tregillis se cierra con “Un mal necesario”, novela con la cual se pone un broche de oro a una historia fascinante.

Cuando los brujos ingleses recurrieron a los demoníacos eidolones para tratar de combatir con magia a los superseres creados por el infame científico alemán Von Westarp, abrieron la proverbial caja de Pandora. Una caja en cuyo interior, a diferencia de como ocurriera mitológicamente, no quedó esperanza sino aniquilación total. Así, en las últimas páginas de “La guerra más fría” asistimos a la destrucción de nuestro mundo a manos de los eidolones. Y, ante tan desesperada situación, la única posibilidad de poder cambiar el destino de la humanidad reside en el pasado.

Regreso al punto de partida

Raybould Marsh realiza un viaje imposible con una misión tan compleja como peligrosa: cambiar la Historia. Así, tras retroceder en el tiempo y aparecer en el momento en el cual su amigo Will Beauclerk convocó por primera vez a un eidolon, nuestro atormentado héroe pondrá todo su empeño en conseguir evitar los acontecimientos que propiciaron la victoria inglesa en la Segunda Guerra Mundial. Acontecimientos que, en última instancia, desencadenaron años después el Apocalipsis en Gran Bretaña.

Con la inestimable ayuda de Beauclerk, Marsh tendrá que ingeniárselas para convencer a la versión más joven de sí mismo de que debe acompañar a los hermanos alemanes Gretel y Klaus (capaces de ver el futuro y de volverse inmaterial, respectivamente) en su huída a tierras germanas. Allí deberá hacer todo lo posible para destruir la base desde la cual opera Von Westarp, aniquilar a sus superpoderosos “hijos” y borrar todo registro de sus actividades.

Por su parte, el viejo Marsh tratará de impedir que los brujos se conviertan en elementos determinantes en la defensa de Inglaterra, recurriendo a medidas drásticas cuando no tenga más remedio. Y todo ello mientras lucha por mantener con vida a la esposa y a la hija de su otro yo, con el fin de evitarle a éste el ingrato futuro que él tuvo que padecer.

La tejedora de realidades

En una saga que se caracteriza por el atractivo de sus protagonistas, un personaje destaca por encima de los demás al recaer sobre sus hombros la más compleja de las tareas: manipular los acontecimientos para, a la larga, lograr generar una línea temporal alternativa en la cual conseguir todo cuanto anhela. Gretel es una mujer fascinante, con una mente enferma pero capaz de manejar los hilos del destino durante décadas, con una precisión milimétrica alimentada por una obsesión rayana en la locura.

Dotada de un aspecto frágil, y aparentemente incapaz de albergar y expresar sentimientos humanos, la hermana de Klaus es, sin embargo, una criatura extremadamente peligrosa. Al contar con la posibilidad de contemplar todos los futuros posibles, Gretel tiene el poder de alterar el curso de los acontecimientos para que estos generen una línea temporal en la cual los eidolones no acaben con el mundo. Así, cuanto ocurrió en los dos primeras novelas de la trilogía obedeció a los oscuros designios de la alemana. Cada tragedia, cada muerte, cada decisión en apariencia absurda: todo tenía una razón de ser. Sin embargo, ni siquiera alguien con unas capacidades tan extraordinarias como Gretel podrá imaginar lo profundamente que cambiará la Historia debido a sus manipulaciones.

El hombre dividido

Al aparecer por partida doble en “Un mal necesario”, Raybould Marsh se enseñorea de una novela en la cual asistimos fascinados a su interacción con el hombre que era veinte años atrás, antes de que su vida se viera arruinada por todo cuanto se narra en “Semillas amargas”. Enfrentado a su doppelgänger, Marsh tiene la rara oportunidad de juzgarse a sí mismo y descubrir, como observador privilegiado de su propio pasado, tanto defectos como virtudes de su carácter.

Puesto que la principal preocupación del viajero temporal es la seguridad de la que era su familia, no tardará demasiado en ganarse la confianza de Olivia, su “esposa”, lo cual le permitirá reencontrarse con su “hija” Agnes. Así, Marsh redescubrirá sentimientos tan intensos como dolorosos, algo que Ian Tregillis sabe describir con gran emotividad.

Un gran punto y final

Ian Tregillis ha conseguido algo que no está al alcance de muchos autores: escribir una trilogía en la cual cada una de sus partes ha resultado ser mejor libro que el anterior. Todo un logro cuyo mérito es aún mayor si consideramos que la “Trilogía de Asclepia” ha supuesto su debut como novelista.

Desde El Mar de Tinta os recomendamos encarecidamente esta estupenda saga, que además de tener un precio más que asequible cuenta con una edición excelente. Y, por supuesto, confiamos en que Random se anime a ofrecernos en su momento la todavía inédita nueva obra de Tregillis: “Something More Than Night”. ¿Quién podría resistirse a una novela negra al estilo de Hammett y Chandler cuya acción transcurre en el Cielo descrito por Santo Tomás de Aquino?

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