WW2: Operación Félix

WW2-portada-esp-baja-1¡Atenta la tropa! Vamos a hablar hoy de uno de los géneros que más alegrías le ha dado a la historia del cómic: el bélico. Buena edición de Diábolo en el estilo clásico de álbum a la francesa con una jugosa historieta de ficción histórica. Segundo número de una colección coral de siete, la acción se traslada ahora desde el París ocupado a nuestro terruño ibérico. El planteamiento de inicio promete. Veamos el resto.

Los cómics de ambiente castrense siempre han gozado de gran popularidad. Las historias de guerra siempre han subyugado al ser humano y nuestro pequeño gran arte no podía sino contribuir a ello. Bien como simple narración de hechos, bien como exaltación del militarismo, o por el contrario, como alegatos desgarradores antibelicistas. “Ernie Pike” (Oesterheld y Pratt), “As de Pique” (Barreiro y Giménez), “Operación Muerte” (Mizuki), “¡Puta Guerra!” (Tardi) o nuestras clásicas “Hazañas Bélicas” son ejemplos clásicos de buenos tebeos guerreros.

Con los antecedentes vistos, Robledo y Toledano se disponen a contarnos una historia ambientada, lo habrán adivinado, en la II Guerra Mundial para amantes de uniformes, batallas, espías y demás condimentos y que les avanzamos ahora mismo.

Ucronía al poder

Hitler ha muerto en 1939. La guerra ha seguido y un año después los alemanes, en colaboración con el gobierno de Franco, se disponen a invadir Gibraltar y asestar un golpe definitivo a los aliados. Sobre este plan, que realmente se tuvo en cuenta en algún momento en el alto mando nazi, construimos la narración.

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El guión de José Manuel Robledo trabaja sobre esta columna vertebral, pero orbita además sobre otras subtramas resueltas de forma eficaz. Una historia de espías y traidores se entremezcla con las rencillas y envidias de las divisiones del ejército alemán, que finalmente serán las que decidan el desenlace. Y como colofón, los personajes de Julius Kleiber y Carlos Suárez aportan el trasfondo humano necesario para que nos impliquemos más en la narración de lo que haríamos con una simple sucesión de balaceras y matanzas varias.

La ambientación en el momento histórico se ha cuidado meticulosamente y se agradece. Hay un trabajo exhaustivo de documentación previo que se nota volcado en la historia para que le de un soporte verosímil. La descripción de las unidades de la Wehrmacht o el ejército español y las supersticiones que se les conocen es todo lo rigurosa que se necesita, y los elementos de ficción añadidos nunca se interponen con ello.

Seamos lo más exactos posible

Y que menos que utilizar la misma forma cabal de la narración para el apartado gráfico. La documentación histórica de los uniformes, las armas y las ubicaciones ha debido de ser agotador por lo prolijo. El traslado posterior al papel es realmente satisfactorio.

El dibujo de Marcial Toledano es correcto en lo técnico y lo académico. Narra bien y prescinde de jactancias para centrarse en la fidelidad de la imagen con su correspondiente histórico. Eso le resta algo de viveza y alegría en las escenas de acción, pero no supone una traba excesiva y puede ignorarse sin problemas. La maquetación de las planchas huye también de excentricidades y experimentos excesivos y sigue los cánones del género. Cosa ésta necesaria cuando abordamos una historieta de éste tipo, aunque alguna página pueda pecar de exceso de viñetas. Pero son pecadillos veniales éstos y no desmerecen el conjunto del álbum, de notable resultado.

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El coloreado, por indicar puntos negativos, resulta superfluo e innecesario a nuestro entender. El dibujo pide a gritos un blanco y negro con el que se expresaría mucho mejor. Suponemos que esto se deberá a exigencias editoriales ya que el resto de la colección tiene el mismo formato aunque los autores sean diferentes en cada volumen.

Pareja de éxito

José Robledo y Marcial Toledano estudiaron Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid, donde se conocieron y comenzaron una fructífera carrera en común.  Junto a Laura López formaron el Grupo Excéntrico cuya obra común fue editada por Diábolo con el título de  “Monito Cadaver”.

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En 2008 les llega la gran oportunidad, y tras firmar con el gigante francés Dargaud, publican “Ken Games” con el mismo sistema (Robledo al guión y Toledano al dibujo) y por el que recibieron nominaciones al mejor álbum de 2010 en Expocómic y el Salón de Barcelona.

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