Yo que tanto te quiero

En 2008 aparecía publicada, tras quedar entre las diez obras finalistas del Premio Planeta, “El final del ave fénix”, opera prima de la escritora valenciana Marta Querol. En ella, nos presentaba la historia de Elena Lamarc y Carlos Company, una relación tormentosa y compleja salpicada de situaciones límite.

A esa primera novela le siguió “Las guerras de Elena”, obra en la cual la aparición de una joven ambiciosa y sin escrúpulos acabaría por destruir el matrimonio entre Carlos y Elena, quedándose ésta a cargo de su hija Lucía. Ahora, tras haber decidido poner fin a su asociación con Ediciones B, Querol ha publicado a través de Cersa Editorial “Yo que tanto te quiero”, el esperado punto final de una trilogía fascinante.

Madre…

Elena Lamarc es un personaje de una gran complejidad, y no resulta fácil empatizar con ella si no se conoce el calvario que ha soportado en las novelas que preceden a “Yo que tanto te quiero”. Se trata de una mujer endurecida y amargada por una vida difícil, volcada en su empresa de moda infantil y en el cuidado de una hija que lo es todo para ella, pero a quien no es capaz de demostrarle lo mucho que la quiere.

La personalidad de Elena presenta numerosas contradicciones que contribuyen a hacer de ella un personaje muy real. Así, posee una gran inteligencia en lo que al terreno empresarial se refiere, pero adolece de numerosas carencias a nivel emocional y afectivo. Es una mujer perfeccionista y, al mismo tiempo, cree firmemente en maldiciones y en el poder de los videntes. Y, a pesar de desear ser mejor madre para Lucía de lo que la suya lo fue para ella, no puede evitar hacer daño constantemente a su hija, tanto con sus actos como con sus palabras.

…e hija

Lucía es la narradora de “Yo que tanto te quiero” y, cuando comienza la novela, tan sólo tiene once años. A lo largo de la narración acompañaremos a la hija de Elena en su paso de la niñez a la madurez, con un período de adolescencia marcado por múltiples complejos e inseguridades. Atrapada entre una madre sobre protectora y un padre dominado por su nueva mujer, Lucía se verá obligada a luchar para demostrar lo mucho que ama a sus progenitores, con el temor constante de no ser capaz de lograrlo con ninguno de los dos.

Además de acarrear un tremendo (e infundado) complejo de inferioridad, Lucía posee una peligrosa debilidad: su extrema bondad. Lo que muchos considerarían como una virtud envidiable, se convierte en el caso de nuestra joven protagonista en un serio hándicap, ya que en ocasiones le impide percibir las malas intenciones de determinadas personas, y también le lleva a soportar (y perdonar) ciertas ofensas que llega a asumir como merecidas. Frente al fuerte carácter de su madre, Lucía se muestra como alguien inseguro y dubitativo, si bien el tiempo irá haciendo que, poco a poco, la fuerza que anida en su interior vaya aflorando.

Cónyuges y amantes

Además de Elena y Lucía, aparecen varios personajes femeninos relevantes en la novela, el más importante de los cuales es, sin duda, Verónica, la segunda esposa de Carlos Company. Artífice de la separación y posterior divorcio de Carlos y Elena, Verónica es una mujer astuta y taimada, más inteligente de lo que podría parecer a simple vista y, ante todo, dispuesta a hacer lo que sea necesario para mantener el estilo de vida que tanto le ha costado conseguir. Su relación con Lucía, junto a la evolución que sufre la misma, ofrecen algunos de los momentos más intensos del libro que nos ocupa.

Por su parte, en lo que al apartado masculino se refiere, tenemos que mencionar en primer lugar a los dos hombres más importantes en la vida de Elena Lamarc: el ya mencionado Carlos y Javier Granados. El Carlos Company que aparece en “Yo que tanto te quiero” es un hombre cansado, con un corazón débil al cual sus numerosos problemas familiares pasan constante factura. También él se halla dividido entre dos frentes (Lucía y Verónica), y su escasa fortaleza de carácter hará que su situación “neutral” no resulte nada fácil de sobrellevar. Por su parte, Granados es un antiguo amor de Elena que se reencuentra con ella en un momento muy delicado. Y, a pesar de sus defectos, y de lo complicado que le resultará permanecer junto a una mujer tan difícil, quizá sea el único personaje de la novela que pueda aportar paz y estabilidad a la madre de Lucía.

Por último, hay que mencionar a dos hombres que resultarán importantes para Lucía, si bien por motivos muy distintos. Por un lado está Juanjo, un joven y manipulador artista «bohemio» que disfrutará maltratando psicológicamente a una joven con tan baja autoestima como la narradora de “Yo que tanto te quiero”. Por otro lado, Mario es un joven médico recién licenciado que se encargará de hacer que Lucía descubra por primera vez el gozo de amar y ser amada, intensa e incondicionalmente.

De niña a mujer

“Yo que tanto te quiero” es, en pocas palabras, la crónica de un viaje de crecimiento personal, a lo largo del cual Lucía habrá de sortear mil y un escollos mientras persigue una felicidad que se resiste a ser alcanzada. Un viaje en el cual habrá cabida para hechos relevantes de nuestra Historia más reciente (la Transición, el 23F, la aprobación de la Ley del Divorcio, la entrada en la OTAN, etcétera) y que cuenta incluso con una nostálgica banda sonora compuesta por inolvidables canciones de los años 80.

En su tercera novela, Marta Querol ha tejido un complejo tapiz de amor y desamor, intrigas y engaños, dando forma a una novela que no tarda en atraparnos con una trama interesante protagonizada por unos personajes inolvidables. Una gran obra que, junto los dos que la preceden, recomendamos encarecidamente desde El Mar de Tinta.

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