Cuentos completos

Recordado sobre todo por novelas de aventuras como “La flecha negra”, “El señor de Ballantrae” y esa obra maestra intemporal que es “La isla del tesoro”, Robert Louis Stevenson también cultivó con gran acierto la narración breve. Ya sea en el ámbito del cuento o en el de la novela corta, el creador de Long John Silver supo dar muestra de su singular talento en un puñado de narraciones que no desmerecen frente a su producción novelística.

La nueva edición de los “Cuentos completos” de Stevenson en la imprescindible colección Penguin Clásicos de Penguin Random House ofrece la oportunidad de adquirir a un precio inmejorable toda la narrativa breve del autor escocés. El grueso volumen, que cuenta con una excelente traducción de Miguel Temprano García, incluye además una interesante y erudita introducción firmada por Barry Menikoff, experto reconocido en la obra de Stevenson.

Unos toques de Terror

Junto con “Frankenstein o el moderno Prometeo” de Mary W. Shelley, y “Drácula” de Bram Stoker, “El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde” conforma el triunvirato por excelencia de la literatura de Terror publicada a lo largo del siglo XIX. En esta novela corta Stevenson creó un fascinante personaje dual (el médico respetable y su depravado alter ego) que no tardó en contar con versiones teatrales (la primera adaptación se estrenó tan sólo un año después de la publicación de la novela) y cinematográficas (entre las cuales destaca la de 1931, dirigida por Rouben Mamoulian y protagonizada por un Fredric March que obtuvo el Oscar en reconocimiento a su excelente labor).

El atractivo de Jekyll y Hyde sigue muy vivo a día de hoy, como demuestran recientes versiones televisivas del mito (muy libres, eso sí), ya sea empleándolo como personaje secundario (en la tercera y última temporada de la magnífica “Penny Dreadful”) o como protagonista absoluto (en “Jekyll & Hyde”, serie británica de una única temporada emitida en 2015). No ocurre lo mismo, sin embargo, con “El ladrón de cadáveres”, otro de los relatos de corte terrorífico incluidos en la antología. Si bien contó en su día con una versión cinematográfica rodada por Robert Wise y protagonizada por dos leyendas del género como son Boris Karloff y Bela Lugosi, esta macabra historia no es tan popular como las andanzas de Jekyll y Hyde, a pesar de tratarse de un cuento de calidad indiscutible.

Los cuentos de Tusitala

La frágil salud de Stevenson le obligó a cambiar varias veces de residencia hasta que, acompañado de su familia, se instaló en Upolu, una isla perteneciente a Samoa, en el Pacífico Sur. Allí no tardó en ganarse la confianza y el aprecio de los indígenas, quienes le otorgaron el sobrenombre Tusitala (“el que cuenta historias”). Su estancia en la isla, donde residiría hasta su muerte, inspiró historias como las tres que se recopilaron en “Noches en la isla” (también conocida como “Cuentos de los Mares del Sur”).

En dichas historias (“La playa de Falesá”, “La isla de las voces” y la estupenda “El diablo de la botella”), el autor trató temas como la relación entre los colonizadores blancos y la población local, las supersticiones y la magia. Todo ello envuelto en una atmósfera exótica, descrita de manera magistral por un Stevenson enamorado del lugar en el cual fue tan bien acogido.

Mil y una noches (y más)

El grueso de la antología lo ocupan narraciones sueltas y aquellas que, en su día, contaron con su correspondiente edición en formato de libro. Ese sería el caso de “Más mil y una noches” y  de “Los juerguistas y otros cuentos y fábulas”.

En la primera colección encontrará el lector, entre otras historias, dos novelas cortas compuestas, a su vez, por varios relatos entrelazados. Tanto “El club de los suicidas” como “El diamante del Rajá” cuentan con la presencia del valeroso príncipe Florizel y de su fiel compañero, el coronel Geraldine, quienes se ven envueltos en arriesgadas aventuras movidos por un afán justiciero.

Por su parte, “Los juerguistas y otros cuentos y fábulas” incluye, además del relato que da título a la recopilación, varios cuentos entre los que destaca “El tesoro de Franchard”. En cuanto a las historias sueltas, además de la ya mencionada “El ladrón de cadáveres”, la antología incluye “Una vieja canción”, “Historia de una mentira” y “Las desventuras de John Nicholson”. Esta última, protagonizada por un personaje maldecido con una pésima suerte, es la que más hemos disfrutado de las tres en El Mar de Tinta, si bien todas contienen elementos interesantes.

Un volumen imprescindible

“Cuentos completos” es una antología repleta de magníficas historias. Algunas de ellas, sin ninguna duda, serán bien conocidas por el lector aficionado a los clásicos, pero en El Mar de Tinta estamos convencidos de que esta colección incluye más de un relato desconocido incluso por quienes estén familiarizados con la obra de Stevenson.

Sea como fuere, pocas veces tenemos la oportunidad de contar con tantos relatos de calidad reunidos en un único volumen, así que no hay que dejarlo escapar. Quienes sólo conozcan al escritor por sus novelas, encontrarán en “Cuentos completos” a un Stevenson sorprendente, cómodo en distintos géneros y dueño siempre de un estilo impecable. Y quienes todavía no hayan leído nada del genio nacido en Edimburgo, disfrutarán sin duda con una recopilación entre cuyas historias encontrarán numerosas joyas literarias.

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