Ondina

La editorial Edelvives nos deleita de nuevo con el último trabajo de Benjamin Lacombe. Tras “Ruiseñor”, el aclamado ilustrador francés se sumerge en el folklore germano-escandinavo, realizando una interpretación libre de un clásico de la literatura romántica alemana: “Ondina”.

Benjamin Lacombe no para de sorprendernos. Este joven ilustrador ha conseguido hacerse un nombre entre los laureados del género a base de singularidad y talento. Para la ocasión, da forma a un relato en el que impera una atmósfera romántica y tenebrosa. Un nuevo título que sigue la senda de sus “Cuentos macabros” o “Blancanieves”, con la diferencia de que esta vez el texto también es suyo.

Cuentos y leyendas de Alemania

“Ondina” es, tal y como señala el autor al final del álbum, una adaptación libre de la novela más conocida del escritor romántico alemán Friedrich de la Motte-Fouqué (y también de la obra teatral de Jean Giraudoux).  Aunque el artista francés ha dotado al relato de su estilo genuino, permanece en el texto y los dibujos la magia y el romanticismo de la historia original, con personajes mitológicos de tradición germana.  

El relato arranca con el príncipe Hans, perdido en la región conocida como Selva Negra. Una tormenta le sorprende cerca de un lago y un pescador de la zona le acoge en su casa. Allí, resguardado de la furia de los elementos, conocerá a la hija adoptiva del humilde matrimonio, Ondina. Siendo la muchacha muy hermosa, el príncipe no podrá evitar enamorarse y se casa con ella, demorando su partida.

En el lecho nupcial, Ondina le revelará algo de suma importancia: es un ser acuático, espíritu de los ríos y los lagos. Amar al príncipe le ha proporcionado un alma, pero si dejase de amarla, no tendría más remedio que vengarse de él con la muerte.

Historia de amor trágica

El cuento avanza con Ondina tratando de escapar de sus congéneres y su fatídico destino, y Úrsula, dama del reino de Hans y celosa de la felicidad del joven matrimonio, interponiéndose entre los dos.

El texto es más largo que en otros trabajos de Lacombe, donde se inserta directamente en el dibujo. En “Ondina”, se sigue el formato de cuento clásico, equilibrando páginas de texto con cautivadoras láminas repletas de simbolismo y magia.

Debemos señalar que el desgraciado romance entre Ondina y el príncipe Hans es una conmovedora historia que se aleja de los “vivieron felices” de los cuentos tradicionales. Esto es una pequeña

¿Apto para niños?

Si pasean por las librerías, podrán encontrar (en casi todas ellas) la obra de Lacombe expuesta en la sección Infantil y Juvenil. Siendo Edelvives una editorial dedicada a la literatura infantil, a primera vista no resultará extraño. Sin embargo, no todos los títulos de este ilustrador son adecuados para los niños.

El parisino tiene en su haber múltiples obras, algunas más amables que otras. “Ruiseñor”, “Melodía en la ciudad” o “Los amantes mariposa” son títulos perfectos para que el infante los lea una y otra vez. “Ondina” (y también la anterior “Blancanieves”, pero en menor medida) tienen un matiz tétrico bastante pronunciado, y desde El Mar de Tinta recomendamos que el menor esté acompañado de un adulto durante su lectura.

Tenemos la costumbre de asociar el álbum ilustrado a los niños. No obstante, a día de hoy, el género ha trascendido el público al cual anteriormente estaba dirigido. Cada vez son más los adultos interesados en ediciones ilustradas, ya sea de relatos cortos, novela o poesía. Ante el artista, como Lacombe en el álbum que nos atañe, se abre una ventana de posibilidades que no se ciñe en ningún caso a las restricciones (de temática o de estilo) que el enfoque infantil pueda conllevar.

El mejor Lacombe

Obviando ahora el hecho de que “Ondina” es un título mal catalogado, este es el Lacombe que más nos atrae. En nuestra modesta opinión, Benjamin Lacombe brilla más cuando rinde su arte en pos del romanticismo y la literatura clásica. Con paletas frías, reducidas y melancólicas. Lejos del toque naïf con estallido de colores que observamos, por ejemplo, en “Ruiseñor”.

La edición de Edelvives, de gran formato y en cartoné, juega con las transparencias en papel vegetal y Lacombe crea con ellas una atmósfera acuática inigualable. El álbum entero parece emerger desde el mundo submarino de las náyades, con fantásticos azules y verdes que convierten el volumen en una verdadera joya.

Como indicábamos anteriormente, encontraremos en “Ondina” un Benjamin Lacombe más adulto y lúgubre, que nos habla a través de sus dibujos de la pasión, los celos, y la ineludible muerte. El recurrente pelo rojo de la grácil protagonista, las retorcidas raíces, las pesadillas… detalles llenos de simbolismo con los que el artista demuestra una vez más su sensibilidad y buen gusto.

Imprescindible

Estamos convencidos de que serán pocos los que se resistan a los encantos de “Ondina”. Tanto por el formato, como por la bella historia y sus ilustraciones, este álbum pasará a ser una referencia en muchas bibliotecas personales.

El autor ya ha anunciado en su blog un nuevo trabajo en colaboración con Olivia Ruiz, “Swinging Christmas”. Esperamos que éste llegue pronto a nuestro país para poder seguir disfrutando de un artista en constante evolución.

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