Aullido animal

Bajamar Editores es una iniciativa asturiana cuyos impulsores la definen como un proyecto dedicado a la poesía y divulgación de la misma. Desde hace meses, han reunido en su catálogo casi una docena de títulos. Hoy nos ocuparemos del quinto de ellos, “Aullido animal”, el debut poético de Sara R. Cabeza que representa la inmersión en un mundo tan íntimo, tan cercano, como desapercibido.

«Desapercibido» es, en este contexto, la palabra clave. Porque “Aullido animal” es, en parte, poesía de lo desapercibido. De estanques ignotos, de furtivas charlas metafísicas organizadas entre ratones en el fondo de un desván, de la maldición del genio atisbada a través de la bisoja mirada del grajo. De una bruja pavorosa, afanada en sus pociones y en su lenguaje telúrico, que parece esperar a la autora en lo más profundo del bosque.

Entre mundos

El viaje que Sara R. Cabeza plantea en estos versos viene estructurado en tres partes. Todas ellas aparecen ligadas a los conceptos del psicoanálisis con que Sigmund Freud trató de explicar la psicología humana. La autora proyecta así diferentes versiones de sí misma en clave de percepciones y diálogos animales. La génesis de su identidad y sus conflictos, de una realidad ora esquiva y latente, ora rotunda y devoradora.

En la primera parte —“El hogar”, vinculada con “el yo”—, los versos aluden con naturalidad a una realidad alternativa, oculta y más profunda. Una suerte de faerie; lo salvaje como ideal y revelado, que en el entorno cotidiano apenas logra manifestarse furtivamente, ajeno e inalcanzable salvo por cierta enajenación.

Se observa una fuerte dosis de añoranza por la naturaleza a modo de contención frente a la invasión patológica de la vida moderna. Son poemas narrativos, fáciles de leer y evocadores. Advierten de cierta agresividad latente, de incomprensiones venideras. Un rencor que se desliza en la envidia de las termitas, al igual que el tiempo, en su pretensión de reducirnos a polvo.

Como si el mundo humano se enzarzara en lo que no es esencial, la voz poética busca saciar la sed por lo auténtico en lo intersticial, en aquello que, aún estando en el centro de la cotidianidad, es ignorado; como las pisadas de la araña que, mientras hablamos, cruza la sala sin ser advertida. Sara R. Cabeza teje reflexiones filosóficas, las cataliza en la actividad marginal de los animales con los que convive.

Choque emocional y revelación

Las reflexiones de la segunda parte —“La Ciudad”, ligada al “superyó”— se alejan de lo privado para atajar aquello que nos une y nos representa como seres gregarios. Se ofrecen en dosis leves, clarividentes, que se apagan al mismo tiempo que aparecen. Cargadas de inquietud, de potencialidad. De lo que no se ve. Del sentido del mundo. De la esencia perdida. Son un espejo de la sociedad, de la subjetividad, de las opiniones incómodas.

Los poemas de esta parte se suceden en clave de crítica social. Las palomas, los patos, las salamandras desprenden un desprecio más manifiesto por lo humano. Desconfían de nosotros, nos atribuyen futilidad, ineptitud, ruindad y frivolidad. Los animales de la ciudad se muestran más proclives a juzgar, más dolidos; y enarbolan lo natural como emblema de lo noble, de aquello que siempre tiene algo que enseñar.

La ciudad, símbolo de la cosmologización humana, del orden legítimo frente al caos, se aduce como el gran engaño de la humanidad; y sus fronteras como meras líneas imaginadas entre la ciudad y el mundo.

En la tercera parte —“Lo Salvaje”, vinculada al “ello”—, la autora se vuelca en esta realidad suprimida por otras partes de su entorno y de sí misma, y pasa a ser una con aquello que teme y que anhela, con lo salvaje. Es una reconciliación con lo auténtico, como si lo demás fuera solo una sombra, una parodia. Dotada de una nueva sensibilidad, es partícipe de cómo las ballenas velan los huesos de los náufragos; de cómo los zorros apuñalan la palabra “humano”, porque saben que es una mentira ontológica y brillante.

Sobre la autora

Sara R. Cabeza nació en Oviedo en 1990 y es licenciada en Filosofía. Atraída por la magia del cine, ha comenzado una tesis doctoral sobre filosofía política y cine griego contemporáneo, compaginándola con sus trabajos de ilustración y artes plásticas. Además, ha decidido adentrarse en el terreno literario con este poemario, “Aullido animal”, publicado en la colección de Bajamar Editores con una portada creada por la propia autora.

Con una nada desdeñable influencia filosófica y su esencia rebelde, «Aullido animal» es un debut imprescindible de versos sencillos sobre la construcción de la identidad, que nos acerca al vacío, al juicio del otro y a lo esencial en nosotros mismos.

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