El caso del banquero asesinado

Ediciones Siruela siempre ofrece títulos del agrado del lector más exigente. Reseñamos hoy “El caso del banquero asesinado”, obra clave en el posterior desarrollo de la novela negra italiana. Augusto de Angelis irrumpió en 1935 con una historia que dejaría sin aliento a los críticos. Una gran edición para una obra exquisita.

El inspector De Vicenzi no da crédito cuando descubren un cadáver en la casa de un amigo de la infancia. Un crimen que rápidamente se rodea de secretos, amores imposibles y antiguos litigios familiares. De Angelis despliega su talento en una trama que se desarrolla en una noche. A modo de tragicomedia, los personajes entran y salen de la escena dejando al lector con ganas de más. Un título indispensable para engrosar una selecta biblioteca criminal.

Una noche

Carlo De Vicenzi está de guardia en la comisaría de Piazza San Fedele. Una y otra vez se pregunta a sí mismo qué está haciendo ahí. Ser inspector de policía no parece lo más indicado para un espíritu sensible como el suyo, pero los tiempos cambian. Su perspicacia y humanidad están a punto de ponerse a prueba.

Gianneto Aurigi, un jugador empedernido y amigo de los tiempos escolares, irrumpe agitado en la comisaría. Sólo busca rememorar el pasado, pero De Vicenzi nota algo extraño. Horas más tarde, su inquietud se ve corroborada. En casa de Aurigi ha aparecido el cadáver de un importante banquero de la ciudad. Aurigi alega no conocerlo y no saber nada de él, pero la forma en la que evita responder a las preguntas del comisario hacen que la sospecha sea más evidente.

El tiempo corre en su contra. De Vicenzi está seguro de la inocencia de su amigo, pero, ¿cómo demostrarlo?

Herencias

[quote]Cada uno de nosotros guarda un secreto, pero solo los más afortunados tienen uno que pueda confesarse[/quote]

El caso del banquero asesinado”, publicado en 1935, inició un ciclo de novelas protagonizadas por Carlo De Vicenzi quien, como un Poirot italiano, resolvía los casos más complejos valiéndose de su perspicacia. Nadie había mezclado con tanto éxito la vida cotidiana y la criminal en la literatura italiana. De Angelis  supuso una bocanada de aire fresco en la novela de principios de siglo. Y en El Mar de Tinta entendemos la razón.

La trama no cuenta con grandes complejidades, pero sí una forma original de presentar los hechos. Se respira una cotidianidad deliciosa, así como una profunda normalidad en los personajes. Sus inquietudes no son artificiales. El lector se encuentra frente a personas de carne y hueso, alejados de todo heroísmo. Esa naturalidad contrasta con el ritmo vertiginoso de los hechos, que desembocan en una final redondo, cuidado.

Los detalles son importantes, tanto en la historia como en la forma de plasmarla. De Angelis escribe de forma casi poética, sumerge al lector suavemente en un misterio de aparente sencillez. Su factura es impoluta, se hace realmente entretenida. El asesinato se produce en el salón de la casa de Aurigi. A partir de ahí, todos los hechos se desarrollan entre esas cuatro paredes. Es una revisión del conocido asesinato a puerta cerrada, dándole un toque teatral. Porque toda la trama es una gran obra, con entradas y salidas de escena, personajes que ocultan sus acciones tras el telón. El lector ve sólo lo que ocurre delante, pero puede suponer lo que sucede detrás. No estamos ante una trama compleja, pero cuenta con elementos atractivos que no dejan indiferente.

Prima la caracterización de los personajes, su singularidad. Y entre ellos destaca el comisario, quien pronto se convertiría en toda una celebridad. Un hombre sencillo, sagaz, apegado a los libros y no demasiado amante de la acción. Pero con un carisma que traspasa fronteras. Sus subordinados no son planos estereotipos. Cada uno se ve descrito a través de sus gestos y acciones. Son únicos. Esta característica se mantendría a lo largo de toda la producción de Agusto de Angelis y es, si cabe, la que mejor define su estilo.

Lo que vino después

Con las novelas de Augusto de Angelis, el género policíaco italiano inició su andadura en el noir. Siempre contaría con elementos propios que ya se aprecian en “El caso del banquero asesinado”. Esa familiaridad con el entorno, la naturalidad de los personajes. Todo muy realista, al gusto francés, sin artificios. No hay una femme fatale dispuesta a todo, pero si una joven condesa muerta de amor. De Angelis mantiene algunos elementos de la comedia italiana, como los enredos o la confusión de identidades, dando cabida a un tipo de novela negra más ligera. 

Dado que Augusto de Angelis fue perseguido por el régimen fascista italiano y encarcelado, su producción literaria se vio bruscamente interrumpida. Pasó varios años en prisión y, tras ser liberado, fue asesinado poco tiempo después por un radical afín al régimen. Su talento se apagó con apenas 56 años. En España no se han hecho más traducciones del autor que la presente. Esperemos que Siruela decida darle una oportunidad a la prolífica carrera del comisario Carlo De Vizenci.

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