El mejor de los mundos posibles

La colección de Literatura Fantástica de RBA libros da a conocer a Karen Lord con su segunda novela. “El mejor de los mundos posibles” es un título de ciencia ficción en clave de contacto cultural, que pone de manifiesto las dificultades de una sociedad desarraigada, que ha perdido su hogar y se ve obligada a comenzar de nuevo en otro planeta. En el seno de un grupo de investigación que analiza la compatibilidad de los sadiri con los habitantes de Cygnus Beta, una mujer impulsiva y un hombre extremadamente racional y consagrado a las disciplinas de la mente, representarán una síntesis de modos de vida.

La humanidad se ha dispersado en distintos mundos, siguiendo rumbos y desarrollando culturas muy diferentes. Los sadiri son una sociedad muy orgullosa y celosa de su intimidad, con gran influencia en el gobierno galáctico, que se enfrenta a la desaparición tras un atentado contra su planeta. Su desesperada situación los obliga a interaccionar con las culturas de otros astros. Al llegar a Cygnus Beta buscan poblaciones afines, en un intento por conservar su identidad.   

El temor a la diáspora

Un terrible holocausto acaba con la vida en Sadira. Los supervivientes intentan preservar su modo de vida en un planeta ajeno, Nueva Sadira. Además, la tragedia ha desequilibrado el balance de sexos, arrojando un exceso de hombres. Tratando desesperadamente de contener el miedo y la frustración, envían a una delegación de jóvenes varones a Cygnus Beta, un mundo que recoge algunos asentamientos lejanamente emparentados con Sadira.

Un pequeño comité sale en misión antropológica. Su objetivo es visitar estos grupos de interés y evaluar tanto genética como culturalmente la compatibilidad con los objetivos sadiri. De la expedición habrá de salir una evaluación de las poblaciones y un registro de candidatas a esposas de los jóvenes sadiri.

La primera oficial Grace Delarua, cygniana por nacimiento y con herencia ntshune (conocidos por haber desarrollado una extraordinaria sensibilidad emocional), ha de trabajar íntimamente con un pueblo estoico y racional. Los sadiri están dotados de poderes telepáticos y su reputación habla de una mentalidad inflexible, muy tradicional, fundamentada en el estudio de las disciplinas de la mente.

Telepatía en el punto de mira

La telepatía es una idea recurrente en la ciencia ficción, muy explotada en el mundillo de los superhéroes y también en el cine. Los ejemplos que pueden darse desde la literatura son innumerables. Está presente en algunos títulos conocidos del género como la mítica saga de la Fundación, de Isaac Asimov; “Muero por dentro”, de Robert Silverberg; “El hombre demolido”, de Alfred Bester; o la perturbadora novela “Más que humano”, de Theodore Sturgeon, que narra la extraña síntesis de una nueva conciencia colectiva.

Karen Lord explota en este título los aspectos más inquietantes de los poderes mentales. Aunque los sadiri tienen un código moral muy rígido que controla el uso de sus disciplinas, surgen siempre algunos individuos descontrolados. Los efectos de la aparición de este tipo de mutaciones en otras culturas que no están tan acostumbradas a lidiar con esta capacidad son uno de los temas centrales de la novela. También la incomodidad que despiertan estas facultades entre la gente que no los ha desarrollado y se ve obligada a interaccionar con individuos sadiri: el miedo a ser manipulados, a la pérdida de intimidad o a la imposición del olvido.

Creemos que es precisamente el tratamiento que hace Karen Lord de estos temas uno de los puntos a favor en este título. La razón es que integra las capacidades mentales extraordinarias directamente en la narración de acontecimientos y la conducta de los personajes, dotando al texto de una segunda lectura que casi podríamos decir que se revela a posteriori. Un tratamiento sutil y delicado que contribuye muy favorablemente al pacto de ficción, además de mantener al lector en alerta.

Enfoque antropológico

Gran parte del interés de esta obra reside en su planteamiento antropológico. A partir del trabajo de campo de un grupo de investigadores en una misión inusitada, se nos muestran diferentes aspectos de los pueblos de Cygnus Beta y, más en general, de los grupos humanos de la galaxia. Este potencial de originalidad se contiene adecuadamente a lo largo del texto, suministrando en cada momento una dosis incesante y comedida.

Por otro lado, la manera de abordar el contacto cultural y codificarlo en clave de elementos fantásticos recuerda mucho, y por supuesto para bien, a la ciencia ficción de Úrsula K. Le Guin.

La autora hace uso de una prosa fluida que nos vierte directamente en el centro de los acontecimientos. Utiliza la primera persona en la mayor parte de la novela, dotando a la narración de un carácter completamente subjetivo que refleja las impresiones de Delarua ante cada circunstancia que describe. Aunque es cierto que contiene fragmentos en tercera persona y los cambios de perspectiva resultan un poco desconcertantes al inicio de la novela, el lector se acostumbra enseguida a estos caprichosos saltos.

Inspiración en la tragedia

La solapa del libro señala que Karen Lord nació en Barbados en 1968. Se licenció en Ciencias por la Universidad de Toronto y es doctora en Sociología de la Religión. Ha trabajado en diversos países impartiendo clases de física, entrenando a soldados y colaborando con el servicio diplomático. Su primera novela, “Redemption in Indigo”, inédita aún en nuestro país, parece ser la libre interpretación de una historia del folclore senegalés y ha sido galardonada con varios premios literarios.

Titulada como la famosa cita de Leibniz, “El mejor de los mundos posibles” es su segunda novela. La autora señala varias de las fuentes de las que bebió su inspiración, como son la pluralidad cultural que confluye en el Caribe, al que califica de “nueva cuna de la humanidad”; testimonios reales de organizaciones creadas tras la II Guerra Mundial para asistir a los huérfanos de guerra; y varios de los relatos contenidos en el insuperable título de Ray Bradbury “Crónicas marcianas”.

Sin embargo, su principal inspiración pareció ser una consecuencia del desastre que sobrevino con el tsunami de diciembre de 2004 en el océano Índico. Al parecer, durante la tragedia murieron muchas más mujeres que hombres, debido a que las mujeres se habían quedado en casa o esperando en la playa mientras sus maridos pescaban o hacían recados tierra adentro. Los consecuentes desequilibrios de género conllevaron un efecto desintegrador en la sociedad, incluyendo traumas psiquiátricos y episodios de violación, acoso y matrimonios forzosos.

Definitivamente, se trata de un título muy interesante por varias razones. Desde El Mar de Tinta queremos agradecer a RBA libros por brindarnos la oportunidad de disfrutar de la obra de autores poco conocidos en España, pero tan prometedores como Karen Lord. Una apuesta que, sin duda, ha merecido la pena.

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