El primer hombre de Roma

Colleen McCullough nos sumerge en el comienzo de una de las más apasionantes sagas de novela histórica que jamás se hayan publicado. Su exhaustiva documentación, y una acertada inmersión en el contexto histórico de finales del periodo republicano romano, nos hacen sentir como unos espectadores más que tratan de solucionar los problemas que sufría la República.

La novela comienza con un repaso a los sentimientos de Cayo Mario y Lucio Cornelio Sila en el año 110 a. C. Unos personajes que cambiaron para siempre el reparto de poder entre un sistema político que no permitía el engrandecimiento de un solo hombre por encima de la propia República Romana. Para lograr el ascenso político eran imprescindibles dos factores: dinero y linaje. Sila carecía del primero, Mario del segundo.

Una sociedad de clases

La autora australiana hace gala de un profuso conocimiento de la obra de los historiadores tanto clásicos como contemporáneos para dejarnos una obra magnífica. Es de elogiar la cuidada selección del vocabulario, debido a que utiliza una gran cantidad de términos latinos. Su uso provoca que el lector se sienta identificado con los personajes y su situación dentro del engranaje social republicano. Para ello, es muy recomendable la consulta del glosario cuando aparece un término desconocido, que nos ayuda a comprender los entresijos históricos, religiosos y sociales de un periodo fascinante.

El desprecio de los patricios hacia el origen provinciano de Mario, el sentimiento de superioridad que sentían los romanos hacia el resto de pueblos mediterráneos o el temor de los bárbaros hacia la maquinaria militar romana hacen que el lector sienta en sus carnes la supremacía de Roma. Una Roma que, si bien poseía un ejército capaz de doblegar feroces enemigos, comenzaba a sufrir el declive de su sistema político.

Unos protagonistas que marcaron el curso de la historia

En este contexto, Mario y Sila, poseedores de un talento militar fuera de lo común, desafiarán las leyes no escritas que les impedían el ascenso al poder. Una vez en él, la enorme ambición de ambos personajes hará que se enfrenten a poderosos senadores que presumían de los logros de sus antepasados. Es de especial interés el enfrentamiento entre Mario y Metelo, representantes de dos clases sociales e ideales muy diferentes.

A través de una acertada mezcla de historias de distintos personajes, no sólo romanos como el rey Yugurta de Numidia, conectadas por la autora con habilidad, se explican los engranajes políticos de la época. Esto hace que aspectos como la corrupción, el tráfico de influencias o el uso de la violencia queden perfectamente retratados como parte integrante de la Roma republicana.

La agilidad narrativa es brillante, la evolución de los caracteres dentro de un trabajado argumento y la conexión entre los hechos protagonizados por cada personaje es sobresaliente. Esto provoca, al seguir un orden cronológico, que el ritmo sea excitante y nos tenga en vilo mientras disfrutamos de la lectura. A ello favorece una precisa traducción de Francisco Martín.

La importancia de las descripciones

Una de las razones más importantes para apreciar una novela histórica es la calidad de las descripciones. McCullough es una de las más destacadas novelistas en ese aspecto. Conoceremos con detalle desde la posición en que se acomodaba cada comensal y cuál era el típico menú romano en las comidas, hasta la distribución de las estancias en una domus o insula romana o el equipamiento que llevaban los soldados cuando estaban en campaña.

Es de apreciar el gusto de la autora por el dibujo, ya que mediante ellos nos proyecta las caras de los personajes principales al comienzo de cada capítulo. En ellas refleja la personalidad del retratado, siempre en consonancia con lo descrito sobre cada uno de ellos. Para dicho propósito se basa en bustos de personajes de la época y descripciones de los autores clásicos, con lo que la afinidad con el aspecto que tenía cada personaje es casi perfecta. Además, incluye mapas dibujados por la autora que, si bien son de menor calidad que los dibujos, ayudan en la comprensión de la obra, especialmente en lo concerniente a las estrategias militares.

Es posible que la única carencia que pueda tener la obra sea el escaso tratamiento de las batallas, que la autora narra sin profundizar en ellas. Por tanto, no permite que el lector ahonde en la manera de combatir del ejército romano. Aun así, se describe con detalle los movimientos de tropas o la jerarquización del ejército, explicando las funciones, el equipamiento y las particularidades de cada rango militar.

El comienzo de una estremecedora saga

McCullough es una prolífica autora que ha publicado multitud de obras destacadas. Ha cultivado todo tipo de géneros, entre los que destaca la novela romántica. “El Pájaro Espino” fue una de sus primeros trabajos, posteriormente llevada al cine mediante una miniserie. Sus habilidades en este género se reflejan en la saga, donde sabe tratar con maestría las relaciones entre los personajes. El amor de Julilla por Sila, la pasión de Sila por el actor griego Metrobio o el ascenso político de Mario después de su matrimonio con la patricia Julia están perfectamente descritos.

“El primer hombre de Roma” es el comienzo de una saga de siete libros dedicados a la caída de la República Romana, que culminará con la entronización de Octavio Augusto. Por su calidad y precisa recreación histórica, la autora recibió un doctorado honoris causa. En el presente libro se describen los acontecimientos ocurridos entre los años 110 a. C. y 100 a. C. Para los lectores que quieran profundizar acerca de los años tratados en cada libro de la saga, pueden consultar en este enlace.

La portada que el sello Booket ( Grupo Planeta) eligió para esta novela es una representación del águila imperial romana, incorporada a las legiones por Cayo Mario. Su carácter militar nos anuncia la inestabilidad del periodo histórico que nos ocupa. La edición de la novela, a pesar de que el interlineado es reducido, se ve compensado por la encuadernación y el fino papel, que favorecen la lectura.

Intrigas amorosas, corrupción, ambición desmedida y cuidadas descripciones son los ingredientes que Colleen McCullough ha reunido en “El primer hombre de Roma”, una obra indispensable para todos aquellos interesados en el periodo final de la República Romana.

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