Extraños en el tren nocturno

Giros inesperados y dos protagonistas femeninas interesantes.  Con su especial capacidad de hacer de lo corriente algo siniestro, en “Extraños en el tren nocturno” Emily Barr arrastra al lector hacia una trama de gran intensidad emocional. Gracias a Maeva, podemos descubrir una estupenda novela que mantiene nuestra atención en cada página.

Para una treintañera triunfadora como Lara Finch la vida matrimonial se ha convertido en una pesada monotonía. Ahora, un hecho del pasado le persigue y está a punto de destruir todo lo que hay a su alrededor. Su familia, amigos y amante van descubrir a la verdadera Lara.  Emily Barr deslumbra con su nueva novela.

Cuidado con lo que deseas

Lara Finch vive a las afueras de Londres en un moderno chalet, junto a un marido que la adora. Aparentemente, son la pareja perfecta, jóvenes y enamorados. Sin embargo, Lara no es feliz. Su vida intachable no es más que una gran farsa. No ama a su marido, detesta las afueras y se siente frustrada. Cuando León, un amigo de sus padres, le encuentra un trabajo en Londres, Lara lo acepta sin reparos.

El horario y la lejanía le obligan a tomar un tren nocturno semanalmente. Allí, entabla amistad con un pequeño grupo de profesionales quienes, como ella, trabajan en la city. Poco a poco, ese ambiente de camaradería arrastra a Lara, haciéndola sentir viva de nuevo. En esta catarsis personal interviene un pasajero del mismo vagón, Guy. La conexión entre ambos desemboca en una loca aventura y una doble vida para ambos.

El romance se ve interrumpido por el asesinato de Guy y la desaparición de Lara. Todo apunta a un crimen pasional y la posterior desaparición de la joven. Sin embargo, hay alguien que no cree en la hipótesis policial. Iris, una vecina de Lara, sostiene su inocencia y está dispuesta a llegar hasta donde sea para demostrarla.

Guardando las apariencias

 “Extraños en el tren nocturno” resulta una agradable novedad. Una novela cargada de tensión contenida, tanto en el fondo como en la forma, que desemboca en un desenlace bien construido. La trama juega con las expectativas del lector, con lo que cree ver en los sucesos.

La voz narrativa, doble en este caso pues son Lara e Iris quienes sirven a la autora para este propósito, contiene el equilibrio perfecto entre drama humano y thriller. Lara se enfrenta a un problema vital. Su vida, antes emocionante (el lector descubrirá poco a poco sus secretos más ocultos), es ahora una sucesión de hechos iguales, inertes. Está estancada, sin expectativas y asustada. Aspira a algo más, algo que despierte sus instintos.

[quote]Desde hace años, se que corro peligro. Nadie consigue hacer lo que yo hice y escapar indemne. Él ha salido de la cárcel, y algún día vendrá a buscarme; porque yo fui la única que se libró[/quote].

Por otro lado, Iris también convive con sus fantasmas y se encuentra en un momento decisivo. Dos mujeres cuyo carácter no puede ser más diferente, pero que están llamadas a vivir una aventura cuando Lara desaparezca del tren nocturno sin dejar rastro. Poco a poco, lo que era una historia centrada en el día a día de dos mujeres se transforma en una sucesión de hechos oscuros en los que se oculta la verdadera naturaleza de ambas.

Domestic noir

Emily Barr cuenta con una larga vida literaria. Con doce novelas a sus espaldas, esta periodista británica, que decidió dejar de lado la prensa para probar suerte en la literatura, es hoy por hoy una de las principales voces femeninas del género domestic noir. Un género en el que debutantes como Paula Hawkins (“La chica del tren”) han conseguido hacerse un hueco y desenvolverse con soltura.

En cuanto a estilo, el domestic noir se acerca a la novela social francesa de los setenta. Una combinación perfecta entre el día a día de personas normales que se ven rodeadas por el  peligro y la muerte. Un género en sí mismo en el que destacan las mujeres como protagonistas y autoras. Otro excelente ejemplo es Gillian Flynn, quien con “Heridas abiertas” y “Perdida” ofrece al lector una lectura interesante sobre las relaciones materno-filiales y de pareja, respectivamente.

En la novela de Emily Barr  encontramos además un interesante juego de palabras en el título. “Extraños en el tren nocturno” no sólo recuerda a «Extraños en un tren” de Patricia Highsmith (con quien, aclaremos, nada tiene en común), sino que alude a su vez a las propias protagonistas. Tanto Lara como Iris son extrañas, para sí mismas en primer lugar y para otros. Tanto una como otra deberán aprender importantes lecciones sobre sí mismas, saliendo de su espacio de confort, y enfrentándose a sus propios miedos. La novela es magnífica y en El Mar de Tinta no podemos hacer otra cosa que recomendar su lectura. Buen viaje.

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