Fénix
El ave fénix, ese animal mitológico con la capacidad de renacer de sus cenizas. Las leyendas cuentan que si un hombre bebe su sangre se convertirá en inmortal. Con el ave legendaria como nexo de unión, el maestro Osamu Tezuka nos regala una gran variedad de historias independientes pero de alguna manera conectadas entre sí. Relatos para todos los gustos y colores que nos mostrarán las grandezas y miserias del ser humano.
Desde las guerras previas a la creación del Japón hasta el año 3500. En la intimidad de una profunda cueva o en la inmensidad del universo. En cualquier tiempo y lugar es posible encontrarse al fénix. Buscando su sangre, por puro azar o por designio del ave legendaria. Diversos personajes cruzaran sus vidas con ella mientras sus problemas personales e historias tocarán temas atemporales y universales.
El nacimiento de un país
Mientras un volcán entra en erupción, un hombre quiere cazar al legendario fénix: su sangre podría salvar a su amada del extraño mal que la aflige. La cacería terminará en un rotundo fracaso, pero un prisionero extranjero retenido en la aldea conseguirá salvar la vida de la chica gracias a su buen hacer y avanzado conocimiento en medicina. Poco durará la alegría ya que el ejército de la malvada reina Himiko, obsesionada con conseguir la juventud y belleza eterna, planea la invasión para poder cazar al ave.
El párrafo anterior podría ser un resumen del comienzo del primer tomo. La primera conclusión rápida que sacas cuando empiezas a leer Fénix es que es un manga para niños. Tiene un dibujo simple y exagerado con continuas bromas infantiles y gags al mas puro estilo de los dibujos Disney de mitad del siglo XX (el mismo autor se declaró gran admirador de Walt Disney). El estilo narrativo es muy dinámico y desenfadado con varias referencias a otras obras del autor y los estereotipos están muy marcados en gran parte de los personajes. La reina mala es muy mala y los ejércitos bárbaros muy bárbaros.
Según avanzas en la historia, uno se percata de que hay mucho más si rascas la superficie. La magnífica narrativa te acaba enganchando sin remedio mientras el autor te cuenta su visión del nacimiento de Japón y da su punto de vista sobre gran variedad de tópicos: religión, guerra… La historia se recrudece y Tezuka no hace nada por suavizarlo. Es una época de guerras y anexiones territoriales. Mientras varios personajes históricos pasean por las páginas, distintas personas, pueblos y razas completas serán exterminas por otras mas avanzadas y preparadas en nombre del progreso y la civilización. Estos hechos no están representados como un bonito cuento de héroes y épicas batallas. Mujeres y niños son asesinados a sangre fría mientras sus aldeas son incendiadas y personajes con cierta relevancia hasta ese momento en la historia mueren sin ningún tipo de miramiento.
Otro tiempo, otro lugar. Mismo ser humano
Cuando empiezas el segundo tomo deseando saber como continúa la historia (que queda bastante abierta al final del primero) el autor da un giro al timón y nos sitúa en el año 3404. La superficie terrestre ha sido arrasada y la humanidad sobrevive en enormes ciudades subterráneas. Apático y desmotivado, el hombre añora las épocas pasadas dejando el control y la toma de decisiones a un superordenador. El gran cerebro central de cada ciudad dicta las leyes y normas de convivencia.
Nuestro protagonista Masato vive con Tamami. Es un moopie, una criatura alienígena que adopta la forma preferida de su amo, en este caso el de una bella mujer. Desgraciadamente los moopies son un especie prohibida y fue ordenada su exterminación. Cuando Tamami es descubierta, Masato recibe la orden de matarla inmediatamente. Nuestro héroe no podrá hacerlo y decidirá huir de la ciudad al único sitio donde no lo perseguirán, la superficie. En el exterior encontrarán la casa de un viejo cascarrabias. Una antigua eminencia científica que no quiso dejar que un ordenador le gobernara por lo que se auto exilió en la superficie y que hace unos días recibió la visita del fénix prediciéndole la llegada de Masako.
A lo largo de la historia, Tezuka tocará temas como clonación, inteligencia artificial o el amor. Siempre resaltando la increíble capacidad del ser humano de auto destruirse y volver a resurgir cual ave fénix. Ademas, la historia acabará enlazando maravillosamente con el comienzo del primer tomo, formando ambas historias independientes un magnífico relato circular donde muchas de las cuestiones planteadas en un tomo se responden en el siguiente y viceversa.
Conclusiones y edición
Es difícil para nosotros intentar hacer una reseña de una obra de Tezuka sin sonar como si fuéramos fans suyos, porque lo somos. El conocido como dios del manga trabajó durante mas de 30 años en «Fénix» convirtiéndola en su obra más personal y querida. Dejando para la historia doce tomos de maravillosas historias de los que sólo hemos reseñado los dos primeros.
La conclusión que hemos sacado nada más terminar de leer ambos tomos es que estamos ante algo serio. Es de este tipo de historias que repasas mentalmente mientras estás girando la última página del libro y paladeas en tu imaginación mientras piensas en todas las cosas que te acaban de contar. «Fénix» entra directa a la zona de favoritos y la redacción ya está deseando continuar leyendo las aventuras y desventuras del ave a lo largo de los 10 tomos restantes.
Planeta deAgostini recupera «Fénix» para su linea Trazado (ya conocida en la redacción previamente por From Hell). Una edición de lujo magnífica, por lo que duele un poco menos pagar 25€ por tomo. Actualmente están a la venta los tres primeros tomos. El cuarto tiene programada su salida para el 22 de octubre, aprovechando el salón del manga de Barcelona.
