Hijas y esposas

Existe una serie de novelas inglesas que, a pesar los años transcurridos desde que fueron escritas, siguen despertando la admiración de quienes las leen en la actualidad. Se trata de historias protagonizadas por mujeres jóvenes situadas en entornos de clase media o media-alta e inmersas, habitualmente, en tramas de corte romántico las cuales, tras superar no pocas dificultades, acostumbran a tener un final feliz.

Quizá la autora más representativa de este subgénero sea Jane Austen, cuyas obras siguen tan vigentes hoy en día como cuando fueron publicadas a principios del siglo XIX. Libros tan populares como “Orgullo y prejuicio” o “Juicio y sentimiento” tienen mucho en común con “Hijas y esposas”, una excelente novela de Elizabeth Gaskell que también refleja en sus páginas un mundo largo tiempo desaparecido y lleno de romántico encanto.

Segundas nupcias

Molly Gibson disfruta de una existencia tranquila y feliz con su padre, médico de la pequeña población de Hollingford. Huérfana desde los tres años, Molly es una joven alegre y de noble corazón, cuyo propósito en la vida es tratar de que el doctor Gibson pueda descansar cómodamente durante el poco tiempo que sus obligaciones le permiten pasar en casa.

Cuando uno de los jóvenes aprendices de medicina que conviven con los Gibson se enamora de la muchacha su padre, antes de que esta sea consciente de los sentimientos que ha despertado en su admirador, decide aceptar la invitación que la señora Hamley (esposa de un caballero de rancio abolengo, pero mermada fortuna) hiciera a Molly para que esta pasase una temporada en su casa haciéndole compañía. La joven Gibson no tardará en ganarse el aprecio de sus anfitriones y, pasado un tiempo, el de Osborne y Roger, los hijos de estos.

Mientras tanto, el doctor llegará a la conclusión de que la mejor manera de mantener a Molly a salvo de potenciales pretendientes indeseados es contar con la presencia de una mujer en casa que pueda cuidar de su hija mientras él no esté. Así, el señor Gibson propondrá matrimonio a la señora Kirkpatrick, viuda como él y madre de Cynthia, una muchacha de la edad de Molly. Sin embargo, poco podría imaginar el bienintencionado médico la cantidad de complicaciones que traerá consigo tan importante cambio en su, hasta la fecha, tranquila situación hogareña.

Hermanos y hermanas

Entre el amplio grupo de personajes que pueblan las páginas de “Hijas y esposas”, encontramos dos parejas de hermanos y hermanas (hermanastras, en realidad)  entre los cuales podemos apreciar un peculiar paralelismo. Y es que tanto Osborne y Roger Hamley como Molly y Cynthia son tan diferentes como la cara y la cruz de la proverbial moneda.

Osborne Hamley es el primogénito y, por lo tanto, el heredero de las propiedades familiares. Sus padres consideran que es el hijo perfecto, un dechado de virtudes intelectuales y artísticas dotado, además, de un atractivo considerable. Roger, por su parte, es un joven entusiasmado con la ciencia que encuentra la felicidad observando al microscopio las maravillas de la naturaleza. Dos hombres muy distintos pero, a pesar de ellos, unidos por intensos lazos de amor fraternal.

Molly Gibson y Cynthia Kirkpatrick son tan diferentes como los hermanos Hamley y, hasta cierto punto, también comparten una estrecha relación de cariño y amistad. Molly posee un alma noble y afectuosa, se desvive por los demás y, si bien no busca ser depositaria de secretos ajenos, los guarda celosamente cuando tiene conocimiento de los mismos. Cynthia, sin embargo, es una muchacha que necesita sentirse admirada constantemente y, a pesar de no tener mal corazón, no puede evitar que su vanidad acabe por afectar negativamente tanto a su familia como a más de un hombre que caerá rendido a sus pies.

Adaptación televisiva

Quien haya visto la magnífica miniserie “Orgullo y prejuicio” rodada para la BBC la considerará, con toda probabilidad, la adaptación definitiva del clásico de Jane Austen. El éxito de la misma fue tremendo, y ello llevó a la cadena a ofrecer a sus responsables (el guionista Andrew Davies, la productora Sue Birtwistle y el director Nicholas Renton)  carta blanca para adaptar cualquier otra novela clásica que les apeteciera. La elegida fue “Hijas y esposas”, emitida a finales de 1999 y merecedora también de excelentes críticas.

A lo largo de cuatro capítulos, la versión televisiva de la novela de Elizabeth Gaskell ofrece una adaptación muy fiel (con algún pequeño cambio argumental destinado a agilizar la trama), rodada con la exquisitez habitual en las producciones británicas. Entre el elenco protagonista, compuesto por excelentes profesionales que ofrecen actuaciones sobresalientes, el espectador reconocerá algún que otro rostro muy popular en la actualidad, como Iain Glen (Ser Jorah Mormont en “Juego de tronos”) o un inmenso Michael Gambon (sustituto del difunto Richard Harris como Albus Dumbledore en las películas de Harry Potter).

Obra maestra inconclusa

Alba Editorial acostumbra a ofrecernos clásicos de la literatura universal editados con un mimo extraordinario y, como no podía ser de otro modo, “Hijas y esposas” es una nueva joya que atesorar en nuestras estanterías. Merece una mención especial, en nuestra opinión, la magnífica traducción de Damián Alou, acompañada de abundantes notas aclaratorias que aumentan el placer proporcionado por la lectura.

Lamentablemente, Elizabeth Gaskell falleció antes de concluir “Hijas y esposas”, si bien tan sólo faltaban un par de capítulos aproximadamente para poner fin a la novela. En la presente edición se incluye una nota del editor de la revista en la cual se serializó el libro, y en ella se nos cuenta el más que posible final de la historia (final que la serie televisiva desarrolla con especial acierto, a nuestro juicio).

Sea como fuere, la obra póstuma de Gaskell es una novela maravillosa que hará las delicias de quienes disfruten con la buena literatura victoriana. Un volumen de tan gran calidad que, a buen seguro, les dejará con ganas de descubrir nuevas historias firmadas por la gran autora inglesa (gran parte de las cuales podrán encontrar en el catálogo de Alba). Desde El Mar de Tinta les deseamos buena caza.

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