House of cards

Aprovechando el tirón de la serie protagonizada por Kevin Spacey, la editorial Alba publica el éxito de ventas de Michael Dobbs. “House of cards” es un intenso thriller político que cuenta con uno de los personajes más intrigantes de la literatura moderna. El flemático Francis Urquhart no dejará a nadie indiferente.

House of cards” se presenta en España en una nueva publicación impecable. La novela original, publicada en 1989, supuso un enorme éxito que poco después contó con una adaptación en forma de miniserie para la BBC. Su éxito se debe a un excelente desarrollo argumental y unos personajes muy bien definidos. Amén del cinismo propio de Dobbs. La política convertida en un juego mortal.

La senda del poder

Francis Urquhart, whip del partido Conservador inglés, espera mucho de las próximas elecciones. Es su momento para conseguir un puesto entre los grandes y lograr un escaño en el Parlamento. Sus aspiraciones parecen hacerse realidad cuando el Primer Ministro Collingridge es reelegido en su cargo, aunque no con una mayoría absoluta. Recordando las promesas que éste le hiciera, Urquhart busca el apoyo de Collingridge. Sin embargo, el Primer Ministro tiene otros planes y le relega a un segundo plano.

Craso error. La ambición de Urquhart no tiene límites y, asqueado con la actuación de quien fuera su aliado, decide actuar por su cuenta. Conocedor de todas las debilidades de los miembros de su partido no duda en usarlas para su propio beneficio. Si el Primer Ministro no le da lo que quiere él mismo lo tomará. Así, pone en marcha un mecanismo de autodestrucción cuyo objetivo es desprestigiar a Collingridge y sacarlo de la escena política.

La joven periodista Mattie Storin, especializada en crónica política, contempla el día a día en el seno del Parlamento. Parece que algo se cuece entre las filas de los Conservadores. Se dan alianzas antes impensables y un importante proyecto de ley (prometido por Collingridge) queda paralizado. El hecho más inquietante es que unos días después de su reelección Collingridge dimite. ¿Qué ha podido llevar al Primer Ministro a convocar nuevas elecciones? ¿Por qué ha dimitido de forma tan inesperada?

La política y otros demonios

 House of cards se presenta como un thriller político. Pero es más que eso. Es una novela que trata sobre la ambición, el poder y la manipulación desde un punto de vista deliciosamente cínico. Y nadie como un ex político como Michael Dobbs para servirnos en bandeja tan excelente manjar inglés. El autor relata en el epílogo, con bastante humor, cómo un encontronazo con Margaret Thatcher terminó con sus aspiraciones políticas y una quemazón tal que terminó por convertirse en un libro. En éste libro.

La novela destila “mala uva” por los cuatro costados, pero con una nota de humor negro que resulta muy atractiva. El desarrollo de la trama es hipnótico, arrastrando al lector hasta las profundidades de la mezquindad humana. Una mezquindad que cuenta con un envoltorio con corbata y traje de firma llamado Francis Urquhart, verdadero protagonista “oculto” del libro. Un personaje que hace que los demás se conviertan en mera comparsa para su desenvolvimiento. Interesante, seductor e inteligente; todo un Mefistófeles que actúa en la sombra moviendo todo y a todos a placer. Un crupier de la mentira y el engaño. Mención aparte merece el personaje de Mattie Storin. Tan inteligente como Urquhart, pero cuyo corazón le hace perder el tino y la profesionalidad.

El ambiente creado por Dobbs es tan verosímil que asusta. El intrincado panorama político británico se presenta al lector como un  teatro en el que todos los actores se mueven, sin saberlo, al compás marcado por Francis Urquhart, verdadero alter ego del autor. Si buscaba vengarse de un escarnio con este libro lo ha conseguido. Y resulta divertido.

El camino del éxito

La primera novela de Michael Dobbs tuvo un éxito arrollador. Después de “House of cards” ha publicado otras tantas novelas y artículos periodísticos, pero nada tan ensordecedor como el aplauso que le mereció ésta. La primera adaptación para la televisión fue una miniserie protagonizada por Ian Richardson en 1993. Tuvo muy buena acogida en el Reino Unido. Su readaptación a la política estadounidense le ha valido la friolera de cuatro premios Emmy en 2013, entre ellos el de mejor actor (Spacey) y mejor actriz (Robin Wright). Y aún sigue en antena. Algo tendrá Francis Urquhart que a todos gusta y disgusta a partes iguales.

La ambición es un tema que siempre resulta atractivo de retratar en la pequeña pantalla. Si además cuenta con unos personajes interesantes, como por ejemplo la no menos ambiciosa esposa de Urquhart (muy bien interpretada por Wright), el resultado está claro. Tenemos intriga política para rato. Y otros temas de conversación para el café.  “House of cards” tiene altas dosis de corruptibilidad, sexo y drogas. Un cóctel selecto para paladares exigentes. Y unos diálogos con doble sentido que juegan con la imaginación del televidente y del lector, pues muchos son copia literal de las páginas escritas por Dobbs.

En definitiva, una obra interesante rescatada del baúl de los recuerdos gracias a la editorial Alba. Un título indispensable para los amantes de las intrigas políticas y los juegos malabares frente a los medios de comunicación. Pura demagogia para los más sesudos y pinceladas sensuales para los más ávidos.

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