La hora del mar: entrevista a Carlos Sisí

Tras cosechar un éxito notable con su trilogía zombi “Los caminantes”, Carlos Sisí ha decidido cambiar de tercio, ofreciéndonos con “La hora del mar” una historia sorprendente, con reminiscencias de eco-thriller y plagada de monstruos marinos. Desde El Mar de Tinta agradecemos al autor madrileño afincado en Calahonda la oportunidad de plantearle unas cuantas preguntas que confiamos aportarán una información de interés sobre su obra más reciente.

La novela

Pregunta: Hay escenas en “La hora del mar” que nos recuerdan poderosamente a la película “Starship Troopers” del gran Paul Verhoeven. Y las Rocas Negras también nos traen a la mente los “Clickers” protagonistas de varios libros de Brian Keene y J. F. González (lamentablemente inéditos en castellano). ¿Cuáles diría que han sido sus principales referentes al escribir la novela (en el caso de que los haya, por supuesto)?

Respuesta: ¡Esa es una buena referencia! Mucha gente me ha preguntado si mis influencias han sido videojuegos como “Gears of War”. Conozco y juego a esa serie, pero creo que éste bebe, indudablemente, del libro o la película de Verhoeven. En realidad la parte de los monstruos marinos es un homenaje al slowmo, a Harryhausen, a “Jason y los Argonautas” y a las películas en general de serie “B”. Recuerdo que mi editora se asustó cuando mencioné los monstruos marinos. “Eso tiene que hacerse muy bien para que funcione”, dijo. Bueno, creo que no salió mal del todo.

P: Una de las subtramas de “La hora del mar” transcurre en los Estados Unidos. Teniendo en cuenta que “Los caminantes” ya está haciendo las Américas con notable éxito, ¿se trata tal vez de un guiño a los lectores norteamericanos de una futura edición en inglés de la novela?

R: Oh no, (risas). Más bien quería que los americanos tuvieran su hueco en un conflicto global, pero de la manera que yo creo que ocurriría, que es diferente de cómo nos venden su enorme aparato militar en las películas. Digamos que no mide veinte centímetros, o lo de Nueva Orleans habría sido muy diferente. ¿Os acordáis de la película “Independence Day”? Vale, era un producto destinado a alimentarse del fervor patriótico americano, pero me acuerdo de las escenas donde salían franceses, italianos, alemanes, todos en compás de espera “a ver qué hacen los americanos”. Bueno, quería ser justo.

P: Con su habilidad habitual ha sabido dar vida a un grupo de personajes sumamente interesantes y plagados de matices. Sabemos que es difícil, pero ¿podría decirnos cuál de ellos es su predilecto?

R: Esta vez sí tengo un claro favorito. Pichou. Me encantaba moverle, y participar de sus elucubraciones y debates con los responsables que intentan averiguar qué pasa. Otro personaje que me gusta mucho es Merardo. Suscita mucha curiosidad entre los lectores… es un líder innato y resulta muy cabal en sus juicios, y los lectores quieren saber a qué se dedicaba antes de los fenómenos. Pero eso quedará como secreto, me temo, es parte de la intriga.

P: La novela está llena de escenas impactantes, descritas con tal detalle que visualizarlas resulta muy sencillo. En El Mar de Tinta consideramos que “La hora del mar” podría ser la base para una excelente película de gran presupuesto. ¿Alguna vez se ha planteado la posibilidad de ver una adaptación de cualquiera de sus obras en la gran (o en la pequeña) pantalla?

R: No espero ver “La Hora del Mar” en la gran pantalla, sinceramente, de ninguna de las maneras. No se hacen películas de semejante envergadura en España. Empezaría a albergar esperanzas si se traduce al inglés en algún momento y se pone a la venta en el extranjero. Allí se manejan presupuestos capaces de adaptar el libro. Sin duda sería una gran producción, no me cabe duda, llena de momentos impactantes. Pero por ahora, queda como un sueño lejano. Ojalá algún día recordemos este momento en alguna otra entrevista. Sobre “Los Caminantes”, siempre hubo interés por adaptarlo a la gran pantalla, y ya se han llevado a cabo algunos pasos en ese sentido. Lamentablemente, la situación que vivimos en España ha complicado bastante el proceso de financiación. En Noviembre tendré más noticias sobre cómo va la cosa… ojalá que pueda anunciar pronto que finalmente se rodará una película sobre la trilogía – sé que mucha gente lo está esperando.

P: A la hora de plantearse la descripción de los distintos seres surgidos de las profundidades, ¿lamenta haberse dejado algo en el tintero (como un genuino kraken, por ejemplo), o está satisfecho con las diversas criaturas que aparecen en la novela?

R: No he sido muy descriptivo con la mayoría de ellas, y a algunas se las oculta ex-profeso entre neblinas o la imprecisión de la distancia, adrede. Quería que el lector añadiese elementos de su propia cosecha. Es lo bueno de la literatura, puedes mencionar un par de detalles, y la mente del lector pone el resto. El resultado a menudo es mucho mejor.

Documentación y referentes

P: Una obra como “La hora del mar” requiere una documentación muy amplia que, en ocasiones, los lectores no aprecian como debieran. ¿Qué parte de su investigación le ha gustado más, y cuál se le ha hecho más pesada?

R: ¡La documentación es una parte muy divertida! Es verdad que hay mucho material que no pudo ser incluido por motivos obvios, y que daría para unos cuantos artículos, por lo menos. Me sorprendió descubrir documentos desclasificados en la página web de la NSA (Agencia de Seguridad Nacional americana) que hablaban de una serie de 24 mensajes recibidos e interpretados como pulsos de secuencias lógicas. Por ejemplo, 7 mayor que 3, verdadero. Era fascinante. También vi numerosos documentales sobre la mente colmena de algunos animales, sobre la bioluminiscencia de algunas especies, o de cómo se están produciendo ciertos cambios en animales que nos pasan desapercibidos, como los gorriones.

P: Da la impresión, sobre todo en lo que respecta a la caracterización de Koldo y de Jonás, de que conoce muy bien el tipo de temáticas divulgadas por comunicadores tan afamados como el Doctor Jiménez del Oso o Íker Jiménez. ¿Realmente le interesan esos temas, o se ha limitado a investigar los mismos para su novela?

R: Me apasionan todos esos temas, consumía mucho Jiménez del Oso en mi juventud y veo a Iker Jiménez cada noche. Los veo porque me gusta creer, hace que la vida sea mucho más interesante. Hay como un poco de hueco aún para soñar… soñar con entes demoníacos latiendo en antiquísimos hospitales abandonados, con fenómenos paranormales, con extraterrestres y tantas cosas. Es como tener un poco de ficción enmarañada con la realidad. La idea de mezclar The Hum con la trama de la historia vino de ver a Iker Jiménez, absolutamente.

P: Tras leer la novela queda claro cuál es la naturaleza del Zumbido (The Hum) en la misma. No obstante, ¿cuál cree que es la verdadera causa de tan extraño sonido, registrado en tantas partes distintas del planeta?

R: Probablemente acabe siendo algo mucho más prosaico y aburrido que lo que propongo en la novela. La fricción de las placas tectónicas, o un ultra-sonido provocado por el choque de ondas de algún tipo, que se nos ha escapado. Estamos recorridos por telecomunicaciones… es increíble la cantidad de señales que nos traspasan cada segundo. Quizá sea algo en ese sentido. En cualquier caso, es bonito que queden cosas inexplicadas, hace que las mentes de los escritores de ficción como yo vuelen libres.

P: Su libro recoge una interpretación de la situación actual del planeta (y de las posibles consecuencias que pueden derivarse de la misma) que probablemente compartirán muchos de sus lectores. ¿Hasta qué punto está reflejada su propia ideología en la novela?

R: Indudablemente tiene un mensaje de unión para el ser humano. Hay una parte donde alguien dice que ni siquiera tenemos una bandera, un símbolo que nos unifique como hermanos en un planeta que compartimos. Antes de ser humanos, somos alemanes, españoles… y aún más, catalanes, andaluces. Me gustaría decir NO a todo eso. Me gustaría recuperar el viejo tópico de “ciudadano del mundo”. Creo que nos iría mucho mejor. Y sobre todo, debemos aprender a respetar la vida. Somos la cúspide de la pirámide… hemos vencido a nuestros viejos enemigos los lobos, los leones, y también la jungla, el rigor de las nieves… ahora tenemos a esos enemigos en zoos y hemos extendido lenguas de asfalto por todas partes. No queda mucho sitio a donde mirar más que a nosotros mismos, porque buscamos el enfrentamiento, la guerra como signo de auto-confirmación y progreso. La conversación final en la novela es muy reveladora en ese sentido. Si no nos unimos… si no nos damos cuenta de que juntos podemos ir más lejos, no lo conseguiremos.

P: ¿En alguna ocasión ha estado o se ha planteado estar en el interior de un temazcal para experimentar personalmente las visiones que se asocian a dicha experiencia?

R: No, pero antes de la Ley Anti-Tabaco estuve en bastantes bares nocturnos que debe ser más o menos lo mismo (risas). No, no creo que pudiera resistirlo. Tuve con complacerme con videos y un sinfín de blogs y entrevistas a chamanes auténticos. Hay mucha gente que ha tomado conciencia de Gaia y de lo que nosotros, como seres vivos, representamos en ese lienzo enorme. Sea verdad o no, es irrelevante, lo cierto es que creo que éste sería un lugar mejor para vivir si hiciéramos caso a las enseñanzas de esas personas.

 

El autor y su obra

P: Tras conseguir un éxito abrumador con la trilogía de “Los caminantes”, tanto con “Edén interrumpido” como con ”La hora del mar” parece decidido a alejarse de la temática zombi. ¿Tiene pensado volver a ella en algún momento?

R: Escribir sobre zombis es divertido, y si algo me ha enseñado la vida, es a no decir “de ese agua no beberé”. Cuando decido sobre qué escribir, me muevo por un impulso que nace de muy dentro, muy visceral. Es como un ansia creativa, una voz que te dice “escribe esto sí o sí” y es como mejor salen las historias. Esa voz podría inocularme el virus zombi de nuevo en el futuro, por qué no.

P: Según se lee en el apartado de agradecimientos de su libro, tardó seis meses en escribirlo. ¿Su ritmo de escritura es siempre tan rápido, o depende de la obra que tenga entre manos?

R: Aún no lo sé… seis meses es el tiempo máximo que he dedicado jamás a escribir un libro. Imagino que si me enfrentara a la tarea de escribir una novela histórica, probablemente requeriría un año entero, o quizá más. Pero mis novelas son en esencia divertidas, y las escribo así, divirtiéndome con cada página. No hay que olvidar que improviso mucho a medida que escribo… eso hace que las escriba como si las leyese. Las páginas vuelan mientras me sorprendo a mi mismo con el curso que toman las cosas.

P: Desde el momento en el que apareció en las librerías, “La hora del mar” figura entre los libros más vendidos de su género. ¿Se esperaba una acogida tan entusiasta para la novela?

R: Es mejor no esperar nada, y eso hago. Todo esto… son regalos. La novela podría haber funcionado, como no, al fin y al cabo vengo de una trilogía de zombis que tiene un público muy fiel, y que sigue consumiendo libros de zombis. No estaba seguro de si me seguirían en algo diferente. Pero “La Hora del Mar” está gustando mucho… recibo comentarios muy muy entusiastas, así que estoy muy contento. Hay gente que me ha dicho “He oído cosas muy buenas de “Los Caminantes”, pero nunca leeré nada de zombis, así que voy a leerte por primera vez”. Eso es genial. Creo que he hecho una buena cosa, y estoy orgulloso de esta novela.

P: Por último, ¿nos podría adelantar qué podemos esperar encontrarnos en la próxima novela de Carlos Sisí?

R: Oh, la próxima… ese es un proyecto muy especial y no puedo decir nada, pero me encuentro en estos momentos ordenando un poco las ideas para una novela que, si sale bien, podría ser algo fantástico. Trata de un tema con el que he estado muy involucrado desde hace tiempo, del que sé bastante, y tengo unas ganas impresionantes de empezar. Es como los hilos que mencionaba Steve Jobs. Ya era hora de que los uniese e hiciese algo con esa parte de mi vida que no guardaba relación con nada. Ahora tendrá un sentido. Personalmente estoy entusiasmado.

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