La mediadora

Jesús Sánchez Adalid da un giro a su trayectoria literaria para narrar una historia de desamor. “La mediadora”, Premio Abogados de Novela 2015, nos presenta a Mavi y Agustín, un matrimonio que tras veinte años de vida en común decide divorciarse. Una novela sobre el perdón y las segundas oportunidades.

La editorial Planeta, a través de Ediciones Roca, convoca cada año el Premio Abogados de Novela. La ganadora de la presente edición, “La mediadora”, narra una historia cercana llena de humanidad. Dejando de lado la ficción histórica, Sánchez Adalid ofrece al lector una trama fiel a su estilo directo, pero con grandes dosis de realismo social. Un retrato de la sociedad actual y las relaciones de pareja.

Cuando se acaba el amor

Mavi y Agustín se divorcian tras más de veinte años de vida común. Ella, una jueza reconvertida en escritora de bestsellers, disfruta de un segundo amor en brazos de un hombre más joven. Él, aparejador en paro, sufre lo indecible y responde con rabia ante una situación que no comprende. ¿Cómo es posible tirar todo por la borda tras tantos años y una hija en común?

Un incidente provocado por Agustín lleva al matrimonio de nuevo a los juzgados. Él tendrá que pasar una manutención a su esposa para beneficio de la hija de ambos. Sin casa, sin coche y sin trabajo, Agustín se ve caer a la deriva. Un amigo común les recomienda la intercesión de Marga, abogada y mediadora.

La labor de Marga será la de conseguir que ambos lleguen a un acuerdo sin obstáculos, de forma amistosa. Poco a poco, Mavi y Agustín recordarán, cada uno por su lado, su vida común. Cómo se conocieron, cómo llegaron a enamorarse. Un camino de ida y vuelta hacia el origen de una relación rota. Una nueva oportunidad de conocerse.

Mediación, comprensión

[quote]“Yo solamente te daré un consejo: recuerda, haz memoria, pon cada cosa en su sitio, empieza desde el principio, desde la base, desde el origen”[/quote]

La ruptura de las parejas, la separación de un matrimonio, son situaciones que resultan de sobra conocidas. Lo importante es saber qué pasa después. Para muchos es una liberación, para otros un punto y aparte y, para todos ellos, un momento traumático. Jesús Sánchez Adalid escribe precisamente sobre esto: el dolor, la frustración. Son sentimientos tan fuertes que cualquiera puede reconocerlos. No hace falta vivir un amor apasionado para saber qué es el abandono y el olvido, la traición.

Sin embargo, “La mediadora” no se queda ahí, en el sufrimiento y el orgullo herido. Quiere ser una lectura positiva, que arroje algo de luz y optimismo. La historia del amor roto entre Agustín y Mavi es muy realista. Es posible sentir la frustración de Agustín ante el engaño de Mavi, como también lo es comprender a la propia Mavi en plena crisis de los cincuenta. Ambos, viviendo juntos, han dejado de verse y así, poco a poco, se les fue el amor. Pero donde hubo fuego queda ceniza. De ahí parte el trabajo de Marga, la mediadora. Tratar de unir lo que está roto no es tarea fácil. Un trabajo arduo, imposible sin la colaboración de los interesados.

Sánchez Adalid, con su estilo limpio y directo, no busca la moralina. Explica una situación, muestra un posible camino (de hecho, la mediación es una solución intermedia en la legislación española, aunque desconocida para el gran público) para el entendimiento entre dos personas. De eso se trata: dialogar, entenderse, comprenderse y tratar de perdonar. Nada hay más humano que esto.

Segundas oportunidades

Tras el éxito cosechado con sus novelas históricas, como  “El mozárabe” o “Treinta doblones de oro”, Jesús Sánchez Adalid sorprende con esta obra. Totalmente opuesta a sus anteriores trabajos, sí guarda el estilo que le ha hecho famoso. Directo, sin sensiblerías, a corazón abierto. Un costumbrismo tan real que puede doler. Y un maravilloso trabajo psicológico que a muchos les hará reconocer algo de su vida entre las páginas.

El paso de los años, la conformidad o la sensación de haber perdido una oportunidad construyen esta historia sencilla y llana. La humanidad, con sus fallos y grandezas, aparece reflejada en los personajes principales. Y no hay muchos más. “La mediadora” es el relato de Agustín y Mavi, de cómo son (tan diferentes) y cómo fueron. De lo que hubo y hay en el momento. De lo que se rompe y puede arreglarse.

Un libro sencillo, profundo, que deja un buen sabor de boca. Una espléndida forma de congraciarse con el género humano y pensar que, pese a todo, cada uno tiene en su interior la capacidad de transformar las cosas y hacerlas bellas. La capacidad de perdonar y ser perdonado.

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