¡Shrek!

Todo tiene un origen y, si disfrutaron en el cine con la producción de Dreamworks “Shrek”, en El Mar de Tinta creemos que deberían echarle una ojeada al cuento que dio vida al ogro más cascarrabias y feo de la literatura. Y si, además, tienen hijos en esa particular edad en la que lo escatológico y asqueroso les hace estallar en carcajadas, no se lo piensen más: “¡Shrek!” tiene que ser su próxima lectura.

El creador del personaje Shrek fue el neoyorquino William Steig (1907-2003), caricaturista, escultor y escritor de literatura infantil. La editorial Libros del Zorro Rojo nos dio la oportunidad de conocer el cuento original el  pasado año 2012 en lengua española y en El Mar de Tinta no queríamos dejar pasar la ocasión de recomendarlo encarecidamente. “¡Shrek!” no podía narrar una historia más divertida y entrañable.

Un protagonista único

Los padres de Shrek eran terriblemente feos, pero su hijo los superaba con creces en fealdad. Llegado el momento, el ogro abandona su oscuro agujero, para conocer mundo y aterrorizar a todo aquel que se cruce con él.

Así empieza un viaje lleno de encuentros inesperados que conducirán a Shrek a su destino. Por el camino, el monstruo demostrará su gran talento para asustar, chamuscar, desmayar y asquear a todo tipo de gentes y criaturas. Todo apunta a que  Shrek no tiene igual en el mundo, pero siempre hay un roto para un descosido. ¿Conseguirá el ogro encontrar a la mujer de sus sueños?

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Feo, fuerte y… malvado

Hemos pasado media vida leyendo cuentos infantiles. Tal y como señaló C.S. Lewis, “algún día volverás a ser lo suficientemente mayor como para leer de nuevo cuentos de hadas”. Nosotros creemos, igual que Lewis, que las narraciones fantásticas, las de calidad, son para niños y niñas de cualquier edad.

Lo que asombra a aquellos que son lo suficientemente soñadores para continuar deleitándose con los cuentos de hadas es encontrar alguno en el que el malo malísimo sea el protagonista y que, para mayor gozo, éste sea carismático, hilarante y hasta nos apetezca que los planes le salgan tal y como espera. Que no ganen siempre los buenos, o que éstos ni siquiera aparezcan.

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Es el caso de Shrek, cuya maldad y gusto por provocar daño al prójimo resultan tan divertidos a través de la pluma de William Steig como originales. No todos los cuentos deben imprimir valores a los pequeños lectores: de vez en cuando la diversión sin dobles lecturas también es sana.

Para reir y disfrutar

La historia de “¡Shrek!” y las ilustraciones que la acompañan harán las delicias de los primeros lectores, quienes hallarán en sus páginas entretenimiento asegurado. Los actos malévolos del ogro verde, sus encuentros con la bruja, el burro y la princesa (“el espantajo de alcurnia”) se combinan con resultonas rimas y canciones que, en la presente edición, conservan la simpatía y musicalidad de los versos originales, gracias al excelente trabajo de traducción a cargo de Elena del Amo.

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Nada censurable hay en “Shrek” sino una sobredosis de buen humor. Con este cuento, los lectores aprenderán que los villanos que pueblan las narraciones fantásticas y nuestras pesadillas también pueden, con talento, dar un giro de 360º convirtiéndose en héroes atípicos. William Steig consiguió con su apestoso personaje fama mundial y un merecido reconocimiento.

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Del cuento a la gran pantalla

La saga homónima con Shrek (2003-2010) de protagonista ha tenido un éxito extraordinario, agradando tanto a adultos como a niños. Sin embargo, la adaptación de este título infantil pierde algo de su talante travieso en la película.

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El argumento desarrollado difiere (aunque sigue siendo brillante) y el ogro sufre una transformación que hará florecer su lado más humano y con él, un corazón bondadoso. La moralina añadida a la historia no aparece por ningún lado en el texto original, sin embargo, funciona bien en la versión cinematográfica.

Asimismo, “Shrek” y el resto de films homenajean a los cuentos de hadas de siempre, introduciendo en el imaginario de Steig a otros personajes fantásticos procedentes de otras narraciones clásicas.

Sobre el autor y la edición

William Steig nació en Brooklyn en 1907 y pronto demostró inclinación hacia la literatura y las artes. Durante la depresión financiera de 1929, Steig vendió su primera caricatura al periódico New Yorker, y con el paso de los años, fue haciéndose un nombre en el sector de la ilustración.

Durante la década de los 60, el artista emprende un nuevo proyecto: escribir obras infantiles. “¡Shrek!” (1990) es sin duda una de los títulos más conocidos del autor, entre otros.

Libros del Zorro Rojo nos trae esta pequeña joya de la literatura infantil en un formato en cartoné muy manejable, con las ilustraciones originales realizadas por Steig impresas en vivos colores y hojas satinadas de gran calidad. Un cuento que, por su originalidad y simpatía, merece encontrarse en un lugar privilegiado en las estanterías de los primeros lectores.

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