Gus y la casa voladora

Narval Editores es un sello que destaca por sus magníficos álbumes ilustrados. Sin embargo, también tiene una colección de novela infantil muy interesante, de la cual forma parte “Gus y la casa voladora”. Esta narración breve es el resultado del debut en la literatura infantil de la reconocida escritora Carmen  García-Romeu.

Perfecto para niños a partir de 10 años en adelante, este título narra la historia de Gustavo, de 12 años de edad. Su familia es un tanto peculiar. Además de vivir todos juntos en una casa enorme y de ser muy longevos (tanto que se han juntado bisabuelos, abuelos, tios y nietos todos bajo el mismo techo) todos ellos tienen “talentos” singulares: el tío Lorenzo es inventor, la tía Juana recibe órdenes de grandes escritores fallecidos y Clarita, la prima menor de Gustavo es una gafe redomada con unos cuantos kilos de más.

Un desafortunado entuerto

Con una familia así de extraordinaria, todo es posible. Un día, Gus y Clarita escuchan a los mayores discutiendo y se enteran de que su bisabuelo (un poco ludópata) ha perdido la casa en una partida de petanca. Tras este desagradable acontecimiento, los parientes de Gus tratarán de hallar una solución para no perder su extraño pero confortable hogar. Poniendo todas sus esperanzas en el último invento del tío Lorenzo: un sillón volador con el que pretende ganar el primer premio del “XXIV Certamen de inventos insólitos”.

De entre los múltiples inventos que llenan la casa, como la “Refrigeradietas” o la “Banda-Sonora-Customizante”, el más reciente es el que más problemas va a traer a la familia. El sillón volador, además de planear a la perfección manejado por los mandos de la consola PlayStation que Gus le ayuda a instalar, también provoca que la casa entera pueda viajar en el espacio/tiempo.

Sin comerlo ni beberlo, Gus y todos los demás inquilinos de la casa se verán envueltos en una aventura insólita y disparatada en la que tratarán por todos los medios de conseguir el dinero para evitar el embargo.

El “cole” y los problemas

Pese a las acontecimientos raros que son el pan de cada día para Gus y su prima Clarita, éstos también deben lidiar con la cotidiana realidad: el colegio y los deberes. Estudiar es primordial si no quieres que en casa te echen broncas o te castiguen y Gus, que tiene fama de vago, procura no meterse en líos y saberse la lección.

Además, en la clase de Gustavo también estudian Marichelo  (la chica más guapa, pero también la más “creída”) y Óscar, un bravucón repetidor que se la tiene jurada al protagonista porque no soporta que le dejen en ridículo ni que “su chica” preste atención a nada que no sea él.

García-Romeu consigue de este modo unir la realidad actual de cualquier niño de 12 años con un mundo imaginario en el que los inventos fabulosos y los viajes al pasado son posibles.

Detalles y diversión

Desde los ojos de Gustavo, narrador omnisciente de la corta novela, los personajes estrambóticos quedan muy bien perfilados, aportando detalles de la personalidad de cada uno. Su lenguaje coloquial, simpático y muy actual, resultará muy familiar a los lectores más jóvenes, identificándolo con el que ellos mismos pueden usar a diario.

La historia transcurre rápida, y las diferentes situaciones en las que se ve envuelto Gustavo entretendrán al niño hasta el desenlace. Algunos gags cómicos también ayudarán a mantener el interés en la historia.

Pese a que “Gus y la casa voladora” es una novela ligera y divertida, los valores que la autora ha intentado introducir en ésta destacan a través de las páginas: la importancia de que la familia se mantenga unida durante los tiempos difíciles viene como anillo al dedo dada la situación actual, y la necesidad de buscar soluciones originales a los problemas también.

Primeros pasos         

Siendo su primer trabajo dedicado a un público infantil, no podría ser más digno. Carmen García-Roméu (conocida escritora con títulos en su haber tales como  “Bajo cuerda” o “Sujetos pasivos”) ha creado una obra de argumento sencillo pero efectivo.

Las simpáticas ilustraciones del dibujante Valentí Ponsa aportan el toque justo al libro, aunque desde El Mar de Tinta lamentamos que la edición las ubique al principio de cada capítulo y en blanco y negro. El volumen ganaría con las ilustraciones a todo color, pues el estilo de Valentí resulta muy atractivo. No obstante, la portada y la contraportada “Gus y la casa voladora” sí están coloreadas, dando la oportunidad de apreciar bien el talento de este ilustrador.

En general, la novela ofrecerá a nuestros pequeños una lectura agradable y fresca. Además, Gustavo y sus viajes en el espacio/tiempo invitan a conocer más de cerca la Historia Universal y esto, en edades tempranas, siempre es positivo. Sin duda, esta obra de García-Roméu es otro gran ejemplo de que la literatura infantil se encuentra muy viva dentro de nuestras fronteras.

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