Blood Heir. La princesa roja.

Montena presentaba hace unos meses el debut de la joven escritora Amelie Wen Zhao. “Blood heir. La princesa roja” nos adentra en un mundo en el que habitan personas con poderes especiales sobre los elementos, los afinitas, tan peligrosos como temidos. Esta saga fantástica se inicia con una novela potente que atrapa al lector desde la primera página.

Amelie Wen Zhao ha entrado fuerte en el mundo editorial, donde hacerse un hueco en la literatura juvenil se ha convertido en una lucha pugilística. No obstante, todavía hay quienes buscan ofrecer a los lectores algo nuevo y fresco. Este es el caso de “Blood heir. La princesa roja”.

La princesa de sangre

El imperio Cyrilio se encuentra envuelto en el caos más absoluto. El emperador ha sido asesinado y todo parece indicar que la culpable es su propia hija. Anastacya ha nacido con un terrible don: controlar la sangre. Cuando es encontrada junto al cadáver de su padre, nadie duda de su culpabilidad. Nadie excepto su hermano Luka y el jefe de la guardia, quienes le ayudan a escapar de una muerte segura.

Un año más tarde, Ana sigue buscando al verdadero asesino, un alquimista que, por consejo de su propio padre, trataba de ocultar sus poderes. En ese mundo las personas que, como ella, tienene habilidades especiales, son perseguidas, encerradas y explotadas. Son los afinitas. Ana necesitará coraje para perseguir su objetivo, pero también para aceptarse a sí misma.

Giros shakesperianos

“Blood heir. La princesa de sangre” abre una trilogía. Es una novela de presentación. Se describe a los personajes principales, se desvelan los ejes centrales sobre los que pivotará el peso de la trama y aporta retazos geográficos aquí y allá. Pero es, en esencia, una novela “de personajes”. Ana, la princesa que da nombre al libro, es una chica joven que desconoce casi por completo la realidad del mundo que le rodea. Cuando es testigo de la muerte de su padre, encarcelada injustamente y se ve obligada a vivir de forma errática durante un año, descubre una realidad distinta. El palacio le sirvió de armadura contra el mundo, pero ahora todo aquello en lo que creía se tambalea. Wen Zhao describe una transformación total, sutil, de la inocencia a la madurez. Algo apreciable en otro personaje, Ramson Lenguaraz. Un embaucador que se convertirá en el mejor aliado de la princesa. Es un hombre normal, con gran ingenio y grandes secretos. La relación entre ambos desvela cierta tensión, muy bien transmitida.

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-Mi afinidad…

-Tu afinidad no te define-. Luka la miró a los ojos; sus palabras cortaban como el metal a la piedra-. Lo que te define es cómo decidas usarla.

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Como toda novela fantástica que se precie, la edición se acompaña de un bonito mapa para situar al lector en cada momento, así como un glosario de nombres muy útil. Amelie Wen Zhao ha creado un lenguaje propio (con algunos matices que recuerdan al ruso) para definir diferentes objetos, personas y títulos nobiliarios. De la suntuosidad de las ciudades y el palacio, a la crueldad de los barrios bajos. El mundo ideado por la autora se deja ver como fondo de la narración. Su prioridad son los personajes, sus emociones y evolución. Hay claros ecos de “Hamlet”, “Macbeth” y el ciclo artúrico (uno de sus personajes principales, Morganya, alude claramente a la bruja medio hermana de Arturo). “Blood heir. La princesa roja” es un gran drama shakesperiano al alcance del lector adolescente.

Fantasía juvenil

La editorial Montena dirige esta publicación a los lectores a partir de doce años. Como viene siendo habitual en muchas novelas de este tipo en El Mar de Tinta lo engrosamos en el género “young-adult”. Si. Hay fantasía después de los quince. “Blood heir. La princesa roja” no defraudará a los adultos. Además de aventura “de la vieja escuela”, el romance vivido entre sus personajes es tan sutil como placentero para el lector. Cada personaje tiene sus prioridades y sus propios monstruos internos contra los que luchar.

Se tratan temas interesantes, como la multiculturalidad. El choque entre diferentes modos de entender la relación entre personas normales y finitas rápidamente nos retrotrae a grandes injusticias históricas como el apartheid o la segregación racial. Se incide en la necesidad de aceptarse a uno mismo, con luces y sombras. Un mensaje, sin duda, positivo para los jóvenes de hoy. La importancia de luchar por los ideales, la justicia, el honor y la confianza en el otro. Es una historia que ensalza positivamente estos valores en pro de una juventud más sana.

Esta novela deja un buen sabor de boca y ganas de más. Por desgracia habrá que estar atentos a la página oficial de la autora para saber cuándo se publicarán los restantes volúmenes. Es el precio a pagar por ser fiel a una saga.

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