El misterioso señor Badman

La editorial Siruela nos trae una pequeña joya de misterio. Con una presentación de calidad, “El misterioso señor Badman” deleitará a los amantes de la novela negra. W. F. Harvey presenta un escenario singular para narrar una historia llena de emoción y humor, con un espíritu similar al de Agatha Christie. No dejen pasar la oportunidad de conocer a este autor.

Cuando se piensa en novelas de misterio, ambientación británica y personajes pintorescos, es imposible no recordar a la reina del misterio. Pero más allá de su alargada sombra, buceando un poco en ese mar de inquietud, se pueden encontrar voces igual de brillantes. Tal es el caso que nos ocupa. W. F. Harvey (1885-1937) fue un médico militar al que le picó el gusanillo de la escritura y dejó para la posteridad esta maravillosa novela y varios relatos de terror. Su estilo depurado, lleno de matices, es un gusto para el lector. Recomendada de principio a fin.

Haciendo favores

El señor Digby, solterón por gusto y amigo de sus amigos, se ve envuelto en un misterio de lo más desconcertante por hacer un simple favor. Su librero de confianza debe viajar de inmediato y le pide a Digby que se haga cargo del negocio. Algo sencillo: pedir libros raros, comprar alguna ganga y ayudar a los clientes. Una tarea sencilla, que se complica inesperadamente.

Esa tarde entran en la librería tres extraños personajes: un hombre nervioso, un clérigo de bruscas maneras y un comerciante muy hablador. Y todos le piden un libro: “El misterioso señor Badman”. Tras consultarlo tres veces, Digby no encuentra el ejemplar y los hombres se marcha de vacío. Todo parece indicar que se trata de una simple casualidad, pero cuando unos días más tarde los hombres sean asesinados uno por uno, Digby empezará a preocuparse.

La librería del misterio

Es de agradecer que las editoriales saquen a la luz de vez en cuando estas pequeñas joyas literarias que casi parecían extintas. Siruela es experta en hacerles justicia, con unas portadas de lo más exquisito y una cuidada factura.

El misterioso señor Badman” es un bibliomystery perfecto de principio a fin. Una trama cuyo ritmo no decae en ningún momento, un lenguaje cuidado, personajes perfectamente descritos y con un carácter único, descripciones bucólicas del paisaje inglés… Lo único que podrá achacar en su contra el lector es tal vez su propia esencia naif. Es una novela “hija de su época”, inocente en ciertos aspectos, pero muy realista en otros. Responde a una época en la que todo era más fácil en apariencia y, para un lector actual más acostumbrado a la brutalidad verbal y física del thriller, puede sentirse más “infantil”. Pero que no se engañe nadie. “El misterioso señor Badman” puede presentarse como un corderito, pero esconde garras y dientes. No hay brutalidad frontal, todo es más sinuoso y calculado.

La novela gira en torno a un libro del que nada se sabe. Poco a poco y al ritmo de Digby, se desgrana su misterio, llevando al lector de un punto a otro de la geografía británica y los ambientes humanos. Desde el snobismo propio de las clases privilegiadas, al derrotismo de las clases bajas y la lucha por los derechos de la mujer. La señorita Diana, por ejemplo, es una chica de armas tomar cuya emancipación no deja indiferente a nadie. Este personaje, controvertido en su época, es un guiño al gran cambio de la Inglaterra post Primera Guerra Mundial.

Junto a este mosaico social, W. F. Harvey no duda es mostrar lo mejor del paisaje inglés, descrito con sensibilidad. El lenguaje está cuidado al detalle, hasta tal punto que las propias palabras dicen más sobre el papel que los personajes. Su forma de actuar, miradas; el autor no es excesivamente prolijo en descripciones, pero sí detallado en aspectos que podrían resultar anodinos. Un maestro del disfraz lingüístico.

El libro, asesino silencioso

W. F. Harvey no es el primer escritor en emplear el recurso del libro o las librerías como “asesinos silenciosos”. Enseguida acuden a la memoria títulos como “El nombre de la rosa”, “El péndulo de Foucault” (ambos de Umberto Eco), “Un cadáver en la biblioteca”(Agatha Christie) o “El club Dante” (Matthew Pearl). Todos ellos tienen una cosa en común: los libros y las bibliotecas o librerías como ejecutor o escenario de un crimen. Y esto es lo que caracteriza a este género nacido en el seno de la literatura anglosajona. El denominado bibliomystery tiene como eje central la presencia de un libro, una librería, una biblioteca o un protagonista vinculado a ese mundo. Incluso se han producido series para la televisión con dicha temática.

Harvey no fue uno más en esta lista. Casi podría considerarse un precursor del género, pero dado la gran cantidad de novelas vinculadas a este género que se escribieron en su época, “El misterioso señor Badman” pasó un poco desapercibido. Siempre fue más conocida su faceta como escritor de cuentos macabros y de terror. “El calor de agosto” o “ La bestia con cinco dedos” (llevada al cine en 1946) dan buena cuenta de ello. No obstante, los expertos las consideran obras menores de terror, lo que no indica que sean de mala factura. Tal vez Harvey no llegase a ser tan conocido a nivel mundial, pero es una voz interesante, a tener en cuenta, para todo amante de la ficción. “El misterioso señor Badman” es cautivadora. Que la disfruten.

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