Historias de Astronomía

Una propuesta estupenda para niños y adultos. Siruela, en su línea “Nos gusta saber” destinada a los más jóvenes, nos presentaba el pasado mes de enero “Historias de Astronomía”. Un compendio de los principales hitos que ayudaron a la humanidad a entender su entorno y ver más allá de las estrellas contada a modo de aventura familiar. Todo empieza cuando William se ve obligado a pasar una semana con su excéntrica tía Gunvor, a la que apenas conoce y tiene fama de gruñona. Pero su tía esconde una pequeña sorpresa que abrirá los ojos del niño hacia un mundo increíble.

La escritora Gertrude Kiel aúna en solo volumen a Copérnico, Newton y Tycho Brahe (entre otros) para explicar, de forma amena y sencilla, cómo el hombre volvió la mirada hacia el cielo para entender su propia realidad. Una divertida historia, muy entretenida y didáctica, que cuenta con las ilustraciones de la acuarelista noruega Gunvor Rasmussen.

William y Gunvor

A William le espera la semana más larga y aburrida de toda su vida. Sus padres, un médico que salva vidas en Etiopía y una académica ocupada, se ven obligados a llevarle junto a su tía abuela Gunvor mientras su madre acude a un curso. Al principio todo parece ir en contra de lo que William considera divertido: una casa vieja, libros y trastos raros, una mujer mayor, ruidos por la noche.

Sin embargo, pronto William cambia de opinión al descubrir un aparato  que su tía usa para hacer café, romper accidentalmente un vaso e intentar responder a una pregunta formulada por ella: “¿por qué el vaso cayó hacia abajo y no hacia arriba?”. Entre Gunvor y William se da un diálogo sobre la importancia de la gravedad, Copérnico y los antiguos griegos. Durante siete días la relación entre ambos se estrecha y la mente del niño, curiosa en extremo, se verá alimentada por los amplios conocimientos de la anciana.

Académicos y niños

-Entonces, imagina que la Tierra es todo el mundo y lo demás gira a su alrededor. Jamás se te ha pasado por la cabeza que pueda haber otros planetas como ella o que pueda existir vida en otros puntos del universo. Y de repente descubres que puede que Júpiter sea un planeta exactamente igual que la Tierra y que tiene, no una, sino cuatro lunas girando alrededor.

“Historias de Astronomía” es un pequeño manual astrofísico disfrazado de cuento para niños. Lo que Gertrude Kiel ha conseguido con este libro es condensar de forma magistral todos aquellos elementos (teorías, inventos, personajes ilustres) que, con su curiosidad, alimentaron la ciencia actual. Y todo ello al alcance de un niño. Las explicaciones sobre la gravedad o los sistemas cósmicos, tan peliagudos para una mente infantil, son desgranados por la tía Gunvor de forma sencilla y divertida. El lenguaje que emplea la autora acompaña y cuenta, además, con un glosario específico de “términos difíciles”. Es un perfecto ejemplo de cómo hacer amena tanto la Historia como la Ciencia porque, ¿qué niño no se ha sentido atraído alguna vez por las estrellas?

Los personajes creados por Kiel gozan de gran ternura. Son alocados pero muy entrañables. La relación que se crea entre el niño y su tía es profunda y se muestra como un camino natural. Las preguntas que se despiertan en William son las mismas que se despertaron en Copérnico o Galileo y en otros antes que ellos. Gunvor ofrece un fantástico recorrido desde los inicios de la civilización hasta la Ilustración, con ejemplos divertidos (como su experimento sobre la gravedad) y explicaciones, a veces muy extensas, pero necesarias.

Gertrude Kiel crea un mundo casi mágico del que participan William y Gunvor, pero a la vez mantiene muy presente la realidad del niño quien, pese a estar muy interesado en lo que le cuenta su tía, se siente solo. Y aquí es donde “Historias de Astronomía” se vuelve un poco triste. Pero para compensar, la autora introduce otro personaje más que, para alegría de William, se convertirá en otra compañera de aventuras.

La Historia puede entretener

A los niños en edad escolar a veces les resulta arduo aprender las cosas que se les explican, especialmente si son enrevesadas. Y la ciencia lo es. De modo que, leer la experiencia de un personaje como William puede resultar aleccionador. Verán la importancia de hacerse preguntas, de ser curiosos, y este libro puede que les resuelva alguna que otra duda.

Mirar al cielo ha sido una constante en la historia de la humanidad. Especialmente en lugares como Dinamarca, patria de Gertrude Kiel, donde la navegación se convirtió en un asunto vital. Conocer la situación de las estrellas era fundamental en un mar en el que apenas existen hitos geográficos con los que guiarse. No es de extrañar, entonces, que Kiel honre especialmente a personajes punteros de su región. Puede que en este punto sea demasiado incisiva, dejando de lado otros nombres de importancia.

 “Historias de Astronomía” consigue su doble objetivo: entretiene y enseña. A nuestro modo de ver, es una muy buena recomendación para lectores curiosos. Que lo disfruten.

 

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