La actriz

La editorial Seix Barral nos trae novedades interesantes. Destacamos la obra de la irlandesa Anne Enright, “La actriz”, un oscuro viaje hacia las relaciones made-hija, la interpretación y los oscuros secretos de una mujer que vivió dos vidas. “La actriz” muestra con fuerza el tormento de una vida dedicada a una pasión.

Anne Enright es una escritora que ya lleva una larga andadura en el mundo editorial. Ha cultivado géneros dispares y con todos ha obtenido el beneplácito de la crítica y el público. Con “La actriz” demuestra que las relaciones entre una madre famosa y una hija complaciente se pueden ver afectadas por fantasmas inexistentes e inseguridades nacidas de secretos inconfesables. La vulnerabilidad del ser humano desde una perspectiva intimista y trágica.

Ocaso de una actriz

Norah, hija de una famosísima actriz irlandesa (Katherine O´Dell) fallecida pocos años atrás, hace un viaje a su hogar de la infancia. Casada, con una hija y toda una trayectoria vital a sus espaldas, hace bagaje de la dificil relación que siempre mantuvo con Katherine. Especialmente en sus últimos años.

A través de sus recuerdos, Katherine aparece como una niña feliz que disfrutó de las tablas desde muy joven, siendo hija de unos artistas ambulantes. Poco a poco, Norah va descubriendo en la actriz que fue a la mujer que intentaba ser. Una dualidad que la llevó a cometer un error por el que estuvo encerrada en una institución mental prácticamente los últimos años de su vida. Su caída y decadencia paulatina, son vistas por su hija como la consecuencia de un secreto que ocultó hasta su muerte. Ahora Norah quiere averiguar qué pasó en realidad esa fatídica noche, sin importarle las consecuencias.

Madres, hijas y otros monstruos

(…) por lo general se refieren a cómo era antes de volverse loca, como si sus propias madres fueran a estropearse de la noche a la mañana igual que una botella de leche fuera de la nevera.

“La actriz” es, ante todo, una obra intimista. De ritmo lento, sosegado, una historia dentro de la propia historia de su protagonista. Estamos ante una narración en la que dos mujeres, madre e hija, se enfrentan a decisiones complicadas. En realidad tienen más cosas en común de las que parece. Temores, inseguridades ocultas que en el caso de Katherine se escondían tras su faceta de actriz teatral y en el caso de Norah, en una aparente frialdad. La contención de una destaca la arbitrariedad de la otra. Como buena actriz, Katherine aparece como un personaje brillante pero lleno de tristeza y excesos. Norah, por su parte, es todo intelecto y contención. A su manera se admiran, pero no deja de entreverse una relación tóxica que ninguna supo deshacer, aún existiendo amor.

La novela fluye de forma natural gracias a un cuidado lenguaje. Los saltos temporales son bastante lineales, de modo que no existe confusión entre lo que Norah nos deja ver de su vida y lo que descubre de la de Katherine. Se nota cierta tensión argumental, pero en ningún caso estamos ante un thriller o similar. Es casi una novela costumbrista oscura y melancólica. Deja cierto atisbo de esperanza al final, pero como toda buena historia irlandesa, no deja de ser un cuento sobre las relaciones familiares y sus complicaciones.

El resto de personajes se quedan en un discreto segundo plano. Casi podría decirse que “La actriz” funciona como una obra de teatro, donde el telón se abre y sólo dos personajes intervienen de forma activa. El resto es atrezzo. Pero funciona muy bien y se disfruta con calma.

Melancolía irlandesa

Anne Enright consigue en su novela que el lector sienta y padezca. No es precisamente un libro para disfrutar senso estricto, a no ser que sea esto del gusto del lector. Está escrita con una sensibilidad y un talento innegables, pero es pesimista y triste. No hay lugar para la alegría explosiva, todo está contenido. Es una sucesión de desasosegantes trivialidades que merman la capacidad para hacer lo correcto.

Katherine O´Dell es toda y cada una de esas actrices glamurosas del Hollywood más conservador, ligada a los estereotipos que se esperaban entonces. Un talento sin igual, pero un producto al fin de al cabo. Esto le lleva a una profunda frustración consigo misma y su arte. Por su parte Norah observa todo esto y decide mostrarse pasiva. Ambas se quieren de forma tierna, pero la fatalidad sobrevuela sus cabezas cual ave Fénix.

En “La actriz” se combinan “El crepúsculo de los dioses” de Wilder, con su potente inicio, con el talento de Enright y su madurez literaria. Sólo apto para corazones fuertes. Que lo disfruten. 

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