Los Goonies

Los años 80 del siglo pasado son, a día de hoy, una de las mayores fuentes de nostalgia (convenientemente aprovechada por quienes tienen buen ojo comercial) para quienes fueron (fuimos) niños o adolescentes durante aquella maravillosa década. Entre los diversos aspectos de la cultura ochentera que nos marcaron, hay dos que destacan por encima del resto: la música y el cine.

Elaborar un listado de las películas estrenadas en esta década, cuyo impacto pervive a día de hoy con una fuerza que nadie habría podido imaginar, sería una labor tan ardua como interminable. No obstante, si nos centramos en la productora Amblin Entertainment, fundada en 1981 por Steven Spielberg y los productores Kathleen Kennedy y Frank Marshall, la lista se reduce pero resulta impresionante a pesar de su brevedad. A dicha productora debemos filmes tan inolvidables como E. T., el extraterrestre, Gremlins, Regreso al futuro y, por supuesto, Los Goonies.

En los Muelles de Goon

Mikey Walsh está a punto de vivir una terrible pesadilla. Su familia, junto con todos los habitantes de una zona de Astoria conocida como los Muelles de Goon, está a punto de abandonar sus hogares al no poder hacer frente al pago de las hipotecas. El traslado forzoso hará que Mikey deba despedirse de sus mejores amigos Gordi, Bocazas y Data, con quienes formó en su día un club al que bautizaron como los Goonies. En cuestión de un par de días, a menos que ocurra un milagro, las viviendas serán demolidas y comenzará la construcción de un campo de golf.

Una visita a la buhardilla de la casa de Mikey, en la cual su padre guarda numerosos objetos antiguos, conduce al hallazgo de un antiguo mapa donde una X parece indicar la ubicación del proverbial tesoro pirata. Comienza así una búsqueda que, si bien al principio no es más que un simple juego, acabará por conducir a los Goonies (junto con Brand, el hermano mayor de Mikey, y dos nuevas miembros: Andy y Stef) a la mayor aventura de sus vidas. ¿Podrán sobrevivir a las trampas tendidas por el ingenioso pirata Willy el Tuerto?

Spielberg, Columbus y Kahn

El libro “Los Goonies” está firmado por James Kahn, quien se basó en el guión que Chris Columbus escribió adaptando una historia de Steven Spielberg. Kahn ejerció la medicina antes de embarcarse en una carrera literaria que le llevó desde la creación de obras originales (como su trilogía de Ciencia-Ficción “New World”) hasta los guiones televisivos (colaboró en series tan diversas como Urgencias, Xena: la princesa guerrera” o Star Trek: la nueva generación), pasando por el campo de la novelización de éxitos cinematográficos como el que nos ocupa, entre los cuales destacan sus versiones de El retorno del Jedi, Indiana Jones y el templo maldito y Poltergeist.

Steven Spielberg no debería necesitar presentación. No obstante, teniendo en cuenta el público juvenil a quien va dirigida en principio la novela, le dedicaremos unas palabras. Apodado “el Rey Midas” del cine, Spielberg ha rodado joyas del séptimo arte como la trilogía protagonizada por Indiana Jones (corramos un tupido velo sobre la cuarta entrega de la saga), la ya mencionada E. T., el extraterrestre, Tiburón, Encuentros en la tercera fase, Parque Jurásico, La lista de Schindler y un largo etcétera. Obviaremos las películas y series de televisión en las cuales participó como productor (aparte de las ya mencionadas) para no abrumar al lector.

Por último, el guionista. Chris Columbus es escritor, director y productor, y su nombre va asociado a algunas películas que cosecharon un enorme éxito en su día. Columbus firmó los guiones de, entre otras, Gremlins y El secreto de la pirámide. Ahora bien, la faceta que más notoriedad le ha aportado es la de dirección, ya que cuenta en su haber con  obras tan populares como Solo en casa” (y su primera secuela), La señora Doubtfire, y las dos primeras entregas de la saga de Harry Potter.

Los Goonies nunca dicen “muerto”

Pocas películas de aventuras destinadas a un público adolescente (de edad o de espíritu) gozan de la calidad de Los Goonies. La película de Richard Donner (autor, entre otros,  del mejor film de superhéroes de la historia: Superman: la película) es un prodigio de guión, interpretación, montaje, efectos especiales y música (incluyendo The Goonies ‘R’ Good Enough, pegadizo tema cantado por Cindy Lauper cuyo peculiar video merece un visionado).

La combinación de tantos profesionales talentosos bajo el paraguas de la productora Amblin sólo podía obtener como resultado una obra maestra, y buena prueba de ello es que, más de treinta años después de su estreno, sigue contando con una legión de seguidores que sueñan con una secuela. Algo que, viendo el tremendo éxito cosechado por “Cobra Kai” (la serie que continúa la trilogía “Karate Kid”), quizá no resulte tan descabellado como pudiera parecer en un principio.

Del grupo de actores adolescentes que dieron vida a los Goonies, sólo tres contaron con carreras cinematográficas relevantes tras la película de Donner. Corey Feldman (“Bocazas”) participó en filmes de culto como Cuenta conmigo o Jóvenes ocultos, y acabó relegado al ámbito de la serie B. Sean Astin (Mikey) bordó el papel de Samsagaz Gamyi en la épica trilogía El Señor de los Anillos de Peter Jackson, y recientemente ha aparecido en la segunda temporada de la estupenda serie Stranger Things. Por último, Josh Brolin (Brand) llegó a ganar un premio Oscar por su labor en “No es país para viejos”, y ahora parece abonado al taquillero universo Marvel, ya que ha interpretado a Thanos en “Vengadores: Infinity War” y a Cable en “Deadpool 2”.

Extras literarios

La novelización de James Kahn, publicada por Antonio Vallardi Editore en su sello Ediciones Duomo, viene a funcionar como uno de los extras que solemos encontrar en ediciones especiales en DVD o Blu-ray. Además de ser una fiel versión en papel de la película, incluye varias escenas que no pudimos disfrutar en la misma (entre ellas, el famoso encontronazo con un calamar gigante mencionado al final del film a pesar de no haberse incluido en el metraje definitivo).

Narrada en su mayoría por Mikey, “Los Goonies” es, como suele ser habitual en estos casos, un libro escrito con un ritmo sumamente ágil que puede leerse perfectamente de una sentada. Para quienes hayan visto la película (varias veces, con toda seguridad), todos los personajes tendrán sin duda aspectos y voces bien definidos. Sin embargo, quienes entren en contacto por primera vez con Mikey y sus amigos en las páginas de la novela, descubrirán en ella una magnífica historia de aventuras y un imperecedero canto a la amistad. En El Mar de Tinta estamos convencidos de que todo tipo de lector, con independencia de su edad y/o relación previa con el film, disfrutará enormemente con la lectura.

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