Momoko y la gata

Este mes de febrero la editorial Lumen nos ha sorprendido gratamente con la edición en castellano de una novela singular. La que fuera autora de thriller psicológico, Mariko Koike, decidió cambiar de rumbo con “Momoko y la gata”. Una novela intimista en la que, sin dejar de lado el estilo que le otorgó fama mundial, ahonda en las relaciones humanas y la pérdida. Una historia espléndida que se disfruta de principio a fin.

En 1990 veía la luz en Japón “Momoko y la gata”. La propia autora afirma en su prefacio que fue la primera obra con la que disfrutó de verdad escribiendo. Esto se hace notorio en la delicada prosa y la caracterización de personajes. Ahora, por primera vez en castellano, podemos disfrutar de un talento y una dulzura singulares.

Una niña solitaria

La joven Masayo sueña con llegar a ser una artista de renombre. Dotada de gran talento y sensibilidad, ve una oportunidad única cuando una amiga de la familia le convence para trabajar con Goro Kawakubo, un famoso pintor. Su función será servir de preceptora para su hija de nueve años, Momoko.

La niña es de todo menos convencional. Callada, taciturna y apegada a una hermosa gata blanca llamada Lala, es la viva imagen de la soledad. Su madre falleció años atrás y Lala suple ese vacío. Masayo entiende que, para llegar a Momoko, ha de hacerlo a través de Lala y entre ellas surge una profunda complicidad. Pero la atracción que siente por Goro y la llegada de una sofisticada mujer trastocarán la plácida vida familiar.

Monstruos contenidos

[quote]Eran como dos tristes vidas que se hubieran quedado solas en la Tierra tras sobrevivir a la destrucción del planeta y a la extinción de la humanidad[/quote]

El mejor adjetivo que se puede emplear para describir “Momoko y la gata” es subyugante. Atrapa desde la primera página, con su carácter retrospectivo, llevando al lector a un mundo íntimo plagado de oscuridad. La trama cuenta con elementos psicológicos, tensión narrativa y un romance imposible. Estos ingredientes se mezclan con una cuidada prosa, haciendo de la novela un verdadero festín para el paladar literario más exigente.

Mariko Koike maneja los tempos de forma magistral, al igual que los sentimientos (siempre contenidos) de los personajes. El lector encontrará ecos de “Jane Eyre” y otras grandes autoras afines al drama costumbrista. Koike da una vuelta más al género, aportando tensión psicológica, más propia del suspense. Aúna géneros, acoplándolos sin esfuerzo.

Las descripciones, muy cuidadas, cuentan con una armonía interior que equilibra a la perfección la tensión que sufren los personajes. Entre todos destaca Lala. Una gata blanca que, sin quererlo, se convierte en el corazón de la trama. Es la llave para llegar a Momoko, la madre “adoptiva” de la niña y el objeto de los celos de la nueva novia del padre. Pero no hay que perder de vista a Momoko. Una niña con muchos secretos cuyo carácter se define por lo que no dice ni muestra.

Singularidad

[quote]Ella solo jugaba con su gata. Cerca de Lala siempre se encontraba necesariamente Momoko, y donde estaba Momoko siempre se veía el cuerpo suave y blanco de Lala[/quote]

La curiosa relación entre Momoko y su gata lleva a pensar necesariamente en las carencias de la niña. Cuenta con un padre que la quiere, pero ausente. Una tutora, Masayo, demasiado joven para no confundir sus sentimientos. Y un mundo interior que sólo llena Lala. Perder a su madre la hunde en el mutismo, pero su inteligencia le ayuda a mostrarse con cada persona tal y como se espera de ella. Mariko Koike ha creado unos personajes inolvidables, ricos en elementos dispares. Una novela breve, pero llena de emoción y suspense.

Es difícil matizar su carácter. Se asemeja en forma a las novelas intimistas de finales del siglo XIX, con características propias del thriller del siglo XX y la profundidad emocional de un drama familiar actual. Es, sin duda alguna, una novela perfecta en forma y fondo. Bien escrita, cuidadosa y detallista. Obra de madurez de una escritora que ya llevaba un tiempo mostrando su talento a través del suspense.

Koike nació en Tokio en 1952 y durante un tiempo trabajó como editora. Sus primeras novelas abundaban en el horror y el suspense. En 1990 decidió cambiar de estilo, adentrándose en la novela romántica. “Momoko y la gata” supuso el punto de inflexión. Ya había triunfado con anterioridad, y en este género indefinible, volvió a demostrar su enorme talento. Gracias a Lumen puede disfrutarse en castellano. De hecho, ésta es la primera de sus novelas en traducirse a nuestro idioma. Esperamos que la editorial juegue a su favor y pronto encontremos más títulos de esta autora. Hay muy pocos autores que puedan moverse como pez en el agua en diferentes géneros. Mariko Koike es una escritora singular, interesante y original. Que lo disfruten.

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