Vaquerizismos

Conocido durante muchos años como “el marido de Alaska” (contrajo matrimonio con la cantante de Fangoria en 1999), Mario Vaquerizo ha ido forjándose un nombre propio con tesón y paciencia. Hombre polifacético donde los haya, entre sus muchas facetas figura la de escritor y, hasta la fecha, ha sido autor de cuatro obras con las cuales ha demostrado que el tema de las letras no se le da nada mal.

Su primer libro fue “Alaska”, una biografía imposible de conseguir hoy en día (a menos que se esté dispuesto a pagar un precio prohibitivo por la misma). Después, cuando ya se había convertido en un personaje mediático, le ofrecieron total libertad para escribir lo que quisiera, y el resultado fue “Haciendo majaradas, diciendo tonterías”, obra de corte autobiográfico cuyo éxito le permitió hacer realidad su sueño de escribir la biografía de Fabio McNamara. Ahora, con “Vaquerizismos” (publicado por Espasa), Vaquerizo vuelve a ofrecernos una obra de corte personal e intimista en la cual expresa su punto de vista sobre diversos temas.

Filosofía vaquerizista

La filosofía vital de Mario Vaquerizo se podría resumir, básicamente, en la máxima “sé feliz haciendo lo que quieras en cada momento, siempre con educación y respeto”. Algo que, evidentemente, no está al alcance de todo el mundo, si bien el líder de Nancys Rubias parece haberlo logrado y, lógicamente, se permite presumir de ello.

Deseoso de compartir con el resto de los mortales la clave para alcanzar la tan esquiva felicidad, el autor de “Vaquerizismos” ha redactado una lista de 32 “mandamientos”, los cuales nos invita a seguir. Lograremos, según sus propias palabras, “vivir lo mejor posible y estar preparados para la vida moderna”. Como muestra de su particular código de comportamiento, citaremos unos pocos: “creerás en ti por encima de todas las cosas”, “te reirás de ti desde que te levantes hasta que te acuestes”, “serás buena persona” y “serás consumista”. Quienes le conozcan, verán sin duda reflejado en sus “mandamientos” al Vaquerizo público, mezcla de frivolidad e ingenuidad, cuya imagen nos llega desde los diversos medios de comunicación.

Tipologías y reflexiones

También encontrará el lector en “Vaquerizismos” un par de tipologías redactadas con el objetivo de ofrecer la visión del autor sobre dos colectivos muy importantes para él. Por un lado, tenemos a los “mariquitas” (palabra que Mario Vaquerizo adora, y a la cual no asocia ningún tipo de matiz ofensivo), a quienes divide en grupos con nombres tan sugerentes como “folclóricas”, “de extrarradio”, “inquietas”, “resentidas” o “peluqueras”. Por otro lado, las mujeres encajan en categorías que oscilan entre lo positivo (“madre”, “amiga”, “mujer-mujer”) y lo negativo (“mala”, “florero”, “pesada”).

Finalmente, cabe destacar aquellos capítulos en los cuales Vaquerizo adopta un tono más serio y aporta una serie de interesantes reflexiones sobre temas que le preocupan particularmente. Por ejemplo, basándose en su experiencia personal (no como cliente, sino como amigo), habla sin tapujos sobre la prostitución, y rompe una polémica lanza en favor de aquellas mujeres que ejercen de forma voluntaria (vocacional, incluso) el oficio más antiguo del mundo. De igual modo, aprovechando su regreso al ámbito académico para estudiar Información y Documentación, el autor nos habla sobre cómo ha cambiado la educación en las últimas décadas, al tiempo que, rememorando su infancia, lamenta el modo en que los pequeños de hoy en día parecen no ser capaces de disfrutar su niñez.

De profesión: famoso

Mario Vaquerizo es una persona inquieta y llena de energía. Su enorme fama en nuestro país, para muchos incomprensible, se cimenta sobre el trabajo constante. No en vano, uno de sus “mandamientos” es “serás adicto al trabajo”. Evidentemente, no todo el mundo considerará que lo que hace el autor de “Vaquerizismos” sea trabajar, si bien resulta innegable la dedicación plena del marido de Alaska a su carrera como “famoso profesional”, y nadie puede poner en duda su profesionalidad.

Entre sus inicios como periodista y su más reciente etapa como escritor, muchas son las actividades que han ocupado el tiempo de Vaquerizo. Ha sido representante y/o agente de prensa de Fangoria, Elsa Pataky o Leonor Watling, entre otros. Canta en dos grupos tan diferentes como Nancys Rubias y Ramonsters. Ha protagonizado junto a su esposa el reality show “Alaska y Mario”, el cual cuenta ya con cuatro temporadas emitidas. Ha colaborado en programas de radio y televisión (como el popular “El hormiguero”), ha sido monologuista, presentador, disc jockey e, incluso, actor de doblaje en películas como “Hotel Transylvania” y “Stand by me Doraemon”.

Queda claro que Mario Vaquerizo gusta de diversificar actividades y probar cosas nuevas. Y en El Mar de Tinta estamos convencidos de que todavía nos sorprenderá con facetas todavía inéditas (¿la interpretación, quizás?).

¿Sólo para fans?

Esa es la gran pregunta. ¿Tan sólo los seguidores incondicionales de Mario Vaquerizo disfrutarán con la lectura de “Vaquerizismos”? La respuesta, probablemente, sea afirmativa. Al fin y al cabo, ya desde la imagen de portada (una fotografía realizada por el gran Juan Gatti), el lector tiene una idea clara de que se encuentra ante un libro que es Vaquerizo al 100 %, y eso es algo que puede resultar excesivo para determinadas personas incapaces de mirar más allá del aura de personaje frívolo e intrascendente que acompaña al autor.

Sin embargo, quien se anime a profundizar en el particular universo por el cual se mueven Vaquerizo, su familia y sus amigos, podría sorprenderse ante lo que allí le aguarda. Un grupo de geniales freaks, comandados por un hombre con las ideas muy claras y el deseo de que su forma de afrontar la vida, mucho más sensata de lo que podría parecer a simple vista, llegue al mayor número posible de personas.

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