Villa Vitoria

La editorial Alba tuvo el buen gusto de presentarnos, con “El libro de la señorita Buncle”, a una autora deliciosa e insustituible. D. E. Stevenson ha conseguido encandilar a un buen número de lectores aficionados a la literatura costumbrista, elegante e irónica. Ahora, nos ofrece la oportunidad de regresar a la hermosa campiña británica, justo al lado del pueblo que tantas alegrías nos brindó: Ashbridge.

Situado muy cerca de Silverstream, el idílico escenario de las peripecias protagonizadas por la señorita Buncle, los habitantes de Ashbridge viven sus sosegadas vidas rurales en la campiña inglesa de posguerra. La escasez de alimentos, recursos y el racionamiento tras la Segunda Guerra Mundial han hecho que los habitantes del pueblo se tengan que adaptar a los nuevos tiempos, pero sin perder por ello las tradiciones y la alegría de vivir.

De repente un extraño

La sufrida Caroline Daring es la dueña de Villa Vitoria, una casa solariega hermosa y sobria (tras haber sufrido múltiples reformas por sus numerosos habitantes). Viuda después de un matrimonio infeliz, nuestra encantadora protagonista vive entregada al cuidado de sus tres hijos, James, Bobbie y Leda, olvidándose frecuentemente de sí misma.

Su calmada rutina se verá interrumpida cuando en Ashbridge irrumpa un forastero. El señor Shepperton, misterioso y entrañable, se volverá un visitante recurrente de Villa Vitoria, causando una honda impresión en Caroline, que se sentirá, por fin, rejuvenecida y un poco más como “ella misma”. Sin embargo, la llegada de su hermana Harriet, famosa actriz y de un atractivo magnético, tambaleará la recién conseguida felicidad de la señora Dering. ¿Caerá el señor Shepperton rendido ante los encantos de la señorita Fane?

Entretenimiento sin pretensiones

Este sencillo argumento, que podría resultar insulso comparado con otras obras mucho más elaboradas, resulta encantador y perfecto en las manos de la escritora escocesa. Stevenson consigue, usando un lenguaje llano pero delicado, el equilibrio perfecto entre descripción y narración. Singular retratista, crea para cada ocasión (siendo “Villa Vitoria” un perfecto ejemplo de este talento) un elenco de personajes tan variopintos como cercanos: sus consentidas y desconsideradas hijas menores, los amigos y pretendientes de éstas, la encantadora Confort, asistenta de la casa y uno de nuestros caracteres preferidos, el señor Shepperton como misterioso galán, la decidida y directa señorita Fane y, por supuesto, Caroline Dering, mucho más compleja y deliciosa en todos sus matices de lo que pudiese aparentar a primera vista.

En definitiva, es ésta una historia rural,  que narra las vicisitudes y pequeños problemas de los habitantes de Ashbridge, y los de Caroline y su familia en concreto. Son acontecimientos cotidianos y de corte íntimo, pero bajo la talentosa pluma de la autora, resultan irresistibles. Casi como si de una Jane Austen del siglo XX se tratase, los lectores se rendirán a los encantos del paisaje idílico, las vicisitudes de unas vidas que, en el fondo, no son sino el reflejo de los pormenores, miedos, alegrías, esperanzas… inherentes todos ellos a la existencia humana.

Una de las características principales de las obras de Stevenson es, sin duda, su optimismo y vitalidad. Su literatura destila buen humor y, sin llegar a ser naïf,  nos proporcionan finales felices y justos: las buenas personas se ven recompensadas y aquellas soberbias y mal encaradas se llevan un merecido escarmiento. En Stevenson, esto no resulta artificioso y, lejos de intentar concienciar al lector con moralina insufrible y pedante, la escritora de Edimburgo lo plantea con una inteligente sencillez y sinceridad: vuelve a recordarnos los valores y reflexiones que nunca deberíamos pasar por alto. 

Nuestros preferidos

En El Mar de Tinta sabemos que “Villa Vitoria” encantará a lectores de todo tipo. Siendo una novela totalmente independiente, se convertirá sin lugar a dudas en la puerta ideal para adentrarse en la obra de esta escritora.

Ninguno de sus títulos, tomados como lo que son: entremeses elegantes, bien escritos y divertidísimos, nos ha decepcionado por el momento. Con el tiempo, el costumbrismo rural de Stevenson se ha ganado un hueco en nuestro corazón, a la altura de otras obras como las de Stella Gibbons (“La hija de Robert Post”, “Bassett”, etc.) o las de E.F. Benson, protagonizadas por la insustituible Lucía.

Agradecemos la labor realizada por Alba Editorial, sello barcelonés que cuenta ya con un maravilloso catálogo de obras clásicas (de lectura imperativa). Su colección Rara Avis ya alberga verdaderas joyas (primorosamente traducidas), la mayoría inéditas en nuestro país. Entre ellas se encuentra este texto de Stevenson y toda la serie de la señorita Buncle. Confiamos en que podamos seguir disfrutando de títulos de esta escritora muy pronto. En el Mar de Tinta los recomendamos como terapia emocional: son un pedazo de felicidad para lectores avezados. No se los pierdan.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *