La historia de los fantasmas

La fascinación del ser humano por los fantasmas hunde sus raíces en tiempos remotos y, en una época dominada por la tecnología, sigue gozando de una excelente salud. Aparecidos de todo tipo pueblan la literatura, el cine y la televisión, e incluso llegan a colarse de vez en cuando en los medios informativos.

Lo cierto es que las entidades fantasmales generan una gran atracción, probablemente derivada del misterio asociado a su existencia. Sean espíritus retornados del más allá, impregnaciones imbricadas en el lugar en el cual ocurrió alguna desgracia, o incluso entidades generadas por nuestras propias mentes, los fantasmas son uno de esos grandes enigmas sin respuesta que jamás dejarán de interesarnos. Ahora, en “La historia de los fantasmas” (publicado por Ediciones Siruela), Roger Clarke nos ofrece un recorrido por la tradición fantasmal (fundamentalmente inglesa) tan ameno como instructivo.

Lugares encantados

Gran parte de “La historia de los fantasmas” está dedicada a glosar un buen número de localizaciones en las cuales numerosos testigos afirman haber contemplado la aparición de criaturas espectrales. Uno de estos lugares es la famosa Torre de Londres, habitada por diversos fantasmas entre los cuales destaca el de Ana Bolena. Por su parte, Hinton Ampner fue en su día una casa encantada de gran notoriedad, hasta el punto que Clarke afirma que podría haber sido una fuente de inspiración para “Otra vuelta de tuerca”, la narración clásica de Henry James.

Los enclaves se suceden (Knighton Gorges, Sawston Hall, Battiscombe House, etcétera), cada uno de ellos con una interesante historia de la cual da detallada cuenta el autor del libro que nos ocupa. Y, entre todos ellos, destaca un lugar de nombre más que evocador para quienes sientan curiosidad por los fenómenos sobrenaturales: la rectoría de Borley. Considerada en su día como “la casa más encantada de Inglaterra”, la variedad de sucesos inexplicables registrados en la misma la convirtió en objeto de interés de Harry Price, uno de los más conocidos (y controvertidos) “cazafantasmas” que ejercieron su peculiar profesión en el Reino Unido.

Algunos nombres propios

Harry Price es únicamente uno de los diversos personajes, relacionados de un modo u otro con los fantasmas y los sucesos asociados a los mismos, sobre quienes encontramos información en “La historia de los fantasmas”. Así, tenemos a Joseph Glanvill, Andrew Green o Hans Holzer. Y no hay que olvidar al gran Harry Houdini, cuya persecución de falsos médiums le enfrentó a Arthur Conan Doyle, el sorprendentemente crédulo creador de Sherlock Holmes.

Hablando de médiums, Clarke menciona en su obra a algunos de los máximos exponentes del espiritismo, empezando por las famosas hermanas Fox y siguiendo con nombres tan relevantes como Daniel Dunglas Home, Florence Cook o Eusapia Palladino. Y, por supuesto, en una obra centrada en el estudio de un fenómeno tan sugerente como el de los fantasmas, no podían faltar referencias a autores que cultivaron en su día el género terrorífico. Así, además del ya citado Henry James, se hace mención a escritores que incluyeron a entes fantasmales en sus narraciones, como M. R. James, Joseph Sheridan Le Fanu, Arthur Machen y Horace Walpole, entre otros.

Los fantasmas frente a la ciencia

La obsesión por contactar con espíritus, o por plasmar sus voces o imágenes en algún soporte físico, no es algo tan reciente como podríamos imaginar. El conocido inventor Thomas Alva Edison, por ejemplo, acarició en su día la idea de crear una máquina que le permitiera comunicarse con los difuntos. Y desde los orígenes de la fotografía, muchas han sido las instantáneas que han capturado lo que algunos consideran genuinos fantasmas (como fue el caso de la archiconocida imagen en la cual aparece la “Dama de Marrón” de Raynham Hall).

La cuestión es que, conforme ha ido avanzando la tecnología, el número de herramientas al alcance de los parapsicólogos ha aumentado tanto en cantidad como en complejidad. Hoy en día, cualquier “cazafantasmas” que se precie de serlo, acarrea un complejo equipo compuesto por toda clase de sensores capaces de captar hasta la más leve variación ambiental. No obstante, el desarrollo tecnológico también trae consigo una mayor facilidad para crear sonidos e imágenes manipuladas. Tan sólo se necesita un ordenador, paciencia y un reprobable afán de notoriedad.

Una soberbia introducción

Si tenemos en cuenta la complejidad del tema sobre el cual trata “La historia de los fantasmas”, es fácil de asumir que no nos encontramos ante una obra que aborde el mismo en profundidad. El volumen escrito por Roger Clarke, repleto de información, funciona principalmente como una obra introductoria cuyo objetivo primordial es presentar una visión amplia del fenómeno, para plantar la semilla del interés en la mente del lector.

Lo cierto es que en El Mar de Tinta creemos que cumple con creces dicho objetivo, si bien pensamos que el apartado gráfico de la misma podría haber sido más amplio e incluido más fotografías de supuestos fantasmas. En resumidas cuentas, “La historia de los fantasmas” es un libro muy recomendable, tanto para quien ya sienta cierta afinidad por un tema en el cual tiene cabida aparecidos, poltergeists, psicofonías y demás fenomenología, como para quien desee introducirse por primera vez en el mismo.

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