Sueños de piedra

Dos jóvenes aventureros en busca de sus sueños. Iria G. Parente y Selene M. Pascual publican su tercera novela, “Sueños de piedra”, de la mano de Nocturna ediciones. Una novela de amor adolescente con pinceladas de fantasía. 

 “Sueños de piedra”  prometía mucho y, desafortunadamente, su lectura nos ha defraudado. En esta novela, se suceden una abigarrada amalgama de situaciones románticas rocambolescas. Sin más hilo conductor que el enamoramiento, previsible y atolondrado, de sus protagonistas,  creemos que el  lector aficionado a la narrativa fantástica echará de menos algunos elementos básicos del género.

Un encuentro inesperado

Marabilia. Un mundo donde todo es posible. La magia coexiste con la racionalidad y en él viven seres que sólo la imaginación puede idear. Reyes y reinas, magos y brujos cohabitan en un universo creado por y para ellos.

Arthmael, príncipe heredero del reino de Silfos, ve amenazado su futuro en el trono cuando su padre le anuncia la existencia de un hermano bastardo. Hermano que, siendo mayor que él, heredará la corona. Ante semejante injusticia, el príncipe no duda en idear un rocambolesco plan: se embarcará en una aventura en busca de monstruos a los que eliminar y damiselas a las que salvar. Así conseguirá la admiración de su pueblo y el beneplácito de su padre.

Linne es una cortesana que desea abandonar esa vida, convertirse en mercader y ser dueña de sí misma. Huye del burdel en el que trabaja tras acuchillar a su dueño. En su carrera hacia la libertad, choca con el príncipe Arthmael. A partir de ese momento sus vidas quedan ligadas.

Sueños que se quedan cortos

“Sueños de piedra”, un producto por y para aquellos que disfruten del amor juvenil, nos ha dejado en El Mar de Tinta con un regusto agridulce. La historia es simple, sin sorpresas. La fantasía sirve de excusa para narrar un romance edulcorado en exceso, pero que agradará sin duda a jóvenes lectores que busquen un poco de evasión y, por supuesto, encantará a aquellos ávidos de un apasionado idilio.

La pretendida evolución de los caracteres de los personajes es, en nuestra modesta opinión, demasiado superficial y previsible. El príncipe Arthmael, esnob y pagado de sí mismo, al final resulta valiente y caballeresco. La prostituta Linne carga con un sinfín de conflictos internos. Y sus discusiones iniciales,  podrán parecer infantiles a muchos lectores. Asimismo, creemos que el tempo es demasiado lento y la prosa repetitiva, entorpeciendo la evolución del argumento.

Pese a la ambientación fantástica, «Sueños de piedra» tiene más de novela rosa de lo que la épica portada de Nocturna quiere transmitir. 

Un mundo pintado de rosa

Sin duda, las autoras han buscado emular otras grandes obras del género, como por ejemplo “La princesa prometida” de William Goldman o “Reckless” de Cornelia Funke. Dos espléndidos títulos (el primero con una más que recomendable adaptación al cine) en las que el romance, la aventura y la fantasía se mezclan por igual y equilibran sus historias.

Tenían los ingredientes para construir una trama más redonda, donde la aventura y la fantasía aligerasen la importancia de los amoríos, pero no han sabido sacarle el partido suficiente.  Pese a que “Sueños de piedra” cuenta con los elementos, las ideas y la iniciativa de dos jovencísimas escritoras para hacerse un hueco en las librerías, esta novela no cumple con lo esperado, o al menos con las expectativas de un aficionado a la fantasía clásica. Tal vez la propia juventud de las autoras ha jugado en este caso en su contra, pues es obvio que tienen buenas ideas. Creemos que el devenir del tiempo ayudará a perfeccionar un estilo que, de por si, es muy aprovechable.

La novela, si bien es floja, aportará entretenimiento a quien decida dejarse llevar por la prosa de Parente y Pascual. Un amor imposible en un mundo en el que la magia y el poder de los sueños hacen realidad lo mas inverosímil.

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